Capitulo III

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— Apresurate Melly, la madre de Emma no nos va a esperar por siempre —dije poniéndome mi mochila para después mirar en dirección a la cocina, los negros cabellos se asomaron por este y el rostro de Melly también. — ¿Estás lista?

— Sipi, estoy lista — Mell se puso rápidamente su chaqueta y gorro rosa para después tomar su mochila y ponérsela. Una vez lista tomó mi mano para después salir juntos de la casa. Tanto Mónica como Nicolás no se encontraban en casa, Mónica porque estaba fuera del país o de la ciudad quién sabe, y Nicolás había salido temprano de casa.
Flashback Ash
— Ash, despierta — La voz de Nicolás hizo que abriera mis ojos con un poco de molestia ¿Qué quería? Y sobre todo a las... ¿CUATRO TREINTA DE LA MAÑANA? Dios santo. Este hombre realmente no entendía lo preciado que es dormir.

— ¿Qué es lo que pasa? — Dije volviendo a cerrar los ojos, si no era muy importante podría esperar hasta una hora más decente.

— Lamento despertarte, de verdad que sí, pero tengo que salir ahora. Volveré por la tarde, tengo que salir de la ciudad por unos papeles.Asentí lentamente mientras le daba la espalda, ¿No podía simplemente dejar una nota diciendo eso? Demonios... Realmente me había quitado el sueño.
— Está bien... Ahora déjame dormir, tengo que despertar en unas horas más y quiero dormir lo más posible. Buenas noches. — Me acomodé entre las mantas intentando agarrar sueño nuevamente.
— Buenas noches, Ash. — Escuché su risa y a los pocos segundos sentí como acariciaba mi pelo con ¿Cariño? No dije nada, solo me quedé inmóvil y a los pocos segundos escuché como mi puerta se cerraba despacio. Eso fue extraño.
Fin Flashback Ash
Una vez fuera, Mell me soltó la mano y yo cerré la puerta con llave. Hacía un poco de frío por lo que me puse de cunclillas junto a mi hermana y le acomodé el gorro y la chaqueta. Ella simplemente me dedicó una ancha sonrisa y caminamos al auto de color negro que nos esperaba fuera.
— Por cierto, Emma me dijo que iría su hermano también. — Asentí quitándole importancia, enseguida la mujer del auto nos hizo señas con las luces.
— Vamos niños, se nos hace tarde — La voz de la mujer hizo que nos apresuráramos.
Una vez en el auto me di cuenta de que no iba nadie en la parte de atrás. Miré a Mell y ella a mí, simplemente se encogió de hombros y se sentó en la ventana, la ayudé a ponerse el cinturón y yo me gané en el otro extremo.
— ¡Hola, Melly! — En el asiento copiloto iba una pequeña niña, tenía los ojos de color café muy claro y su cabello era castaño oscuro, tenía ciertas pecas en su rostro esparcidas por mejilla y nariz. — ¡Hola, Ash!
— Hola, Emma. — Le sonreí y ella me sonrió de regreso. Giró su cabeza nuevamente esta vez hacía su madre.

— Mamá, ¿Vamos a pasar a buscar a Connie? — Ella asintió mientras seguía manejando sin quitar su vista del camino. La menor simplemente sonrió.

— Oh cierto, es la primera vez que vienes con nosotros, Ash. — La mujer me miró por el espejo retrovisor con una sonrisa. — Normalmente, vamos a buscar al hermano de Emma luego de buscar a Mell, así ellas tienen más tiempo juntas y Connie alcanza a comer algo.
Escuché la explicación y asentí, luego de esto las tres mujeres se pusieron a hablar de distintos temas, como caricaturas, hadas y más cosas que honestamente, no estaba prestando atención.
Mi vista estaba en la ventana y veía cada calle, me había mudado hace algunos días, pero nunca me había dispuesto a recorrer las calles a pie. Por instinto cerré los ojos aprovechando de dormir un poco.
Pasaron unos cinco minutos aproximadamente y sentí como Melly se pegaba a mi lado y al mismo tiempo que el auto se detenía, se escuchó la puerta abrir y cerrar y luego la voz de un chico saludando a las presentes. Abrí los ojos lentamente y giré mi cabeza hacía el hermano de Emma.
— Esto tiene que ser una broma — Fue lo primero que pensé al ver al que estaba sentado junto a Melly, mi ceño se frunció al igual que el de mi contrario. Ambos teníamos la misma expresión de molestia.
El cambio de ambiente se notó enseguida por lo cual la madre de Emma miró por el espejo retrovisor y preguntó si todo estaba bien. Asentí mientras hacía un gesto con la mano quitándole importancia, ella me sonrió y volvió a poner el auto en marcha. Dejamos en su escuela a las dos niñas las cuales se despidieron con una sonrisa y un movimiento de mano.
Durante todo el camino el silencio reinó en el auto. Una vez llegamos le di las gracias rápidamente y me bajé del vehículo tan rápido como pude.
— Joder, de todas las personas en el mundo que pudo haber sido es el tipo ese. — llegué a mi casillero, lo abrí y busqué lo que necesitaba. Lo cerré de golpe todavía con enojo.
Honestamente no sé por qué me molestaba tanto, nunca había hablado con él, pero realmente me molestaba su presencia, aunque no entendía por qué su mamá y hermana le habían dicho Connie y Maya me dijo que su nombre era Connor
— Hola. — Escuché junto a mí por lo cual di un pequeño salto hacia atrás con la mano en el pecho.

Con amor, AshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora