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Hace una semana llegué a Italia y hoy me encontraría con Sofía en su casa.
Iria con Giovanni y Victoria, ellos ya la conocían, claro como una amiga mía y le caían bien, por lo menos nunca me demostraron lo contrario.
—vamos a visitar a Sofia— les avisé y ví como sonreían y Gio saltaba de felicidad.
—Sofia me hace peinados bonitos, me agrada— digo Victoria haciéndome sonreír.
Cuando eran más pequeños me separé de su madre y me quedé con la custodia de ellos, a ellos les gusta estar más conmigo así que viven bastante bien acá en Italia conmigo.
En el camino compré vino y bebidas para Gio y Vic para luego ir a la casa de Sofia.
Me daba un poco de gracia, el vino de acá es lujoso y delicado a comparación de las bebidas alcohólicas de Argentina, como el Fernet o vino en caja, aunque a mí me gustaba más los segundos.
—¡¡Sofia!!— dijeron los pequeños cuando la pelinegra abrió la puerta y pude verla sonreír.
—pasen, pasen — Sofía los dejó pasar antes y a mí me saludo con un beso en la mejilla — cómo estás?
Divisé el color rosa pálido en sus mejillas tenía un pequeño y sutil piercing en su ceja izquierda y uno apenas visible como un pequeño brillo en su nariz del lado derecho y su pelo negro lacio hasta mas arriba de los hombros.
— pasá, hace frío — ella río.
—¿todo bien por Argentina?
—si, tranquilo, ya extrañaba — dije y nos sentamos en el comedor con Vic y Gio — traje bebidas—
—ah, no hacía falta—ella vio el vino—el vino de acá es exquisito pero extraño las fiestas y bebidas de Argentina.
—bueno, cuando vaya para allá puedo traerte algo— ella sonrió a lo que dije.
Ella fué a la cocina y vino con una tabla de madera con Pizza—hice pizza casera, creí a a los chicos les gustaría más que otra cosa— ella me dijo— tuve que preguntarte si les gustaba a todos.
—Tranquila Sofi, a ellos les encanta—ella río cuando vio a los dos rebeldes comer con felicidad la pizza—y a mi también, está riquísima gracias.
— está riquísima sofi— dijo Gio.— sos como una cheff profesional —ella solo sonreía.
—sofi, después me haces peinados bonitos — La nombrada asintió
Realmente quería intentar algo con Sofi ya llevábamos tiempo pero nunca se dió el momento, pero que se lleve tan bien con los niños me da felicidad.
Al terminar los chicos le preguntaron a la pelinegra si podían ir a ver dibujos y ella no tenía problema.
—te veo cansado—me dijo ella — ¿estás bien?
—si, solo volví a los entrenamientos de Juventus así que me tienen cansado—
—me imagino — ella puso su mano arriba de la mía — si necesitas algo sabes que estoy.
—Gracias
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