one shots y otras cosas que (nadie me lo pidió pero) me gustaron al leerlas y se las quería compartir.
la mayoría son sacados de Tumblr, por lo que no son de mi autoría.
Publicado originalmente en tumblr por: halcyone-of-the-sea
Traducción por: winterbirra
Palabras: 5518
Emparejamientos John Price x Lectora!
Resumen: Nunca habías esperado que las placas de identificación fueran tan pesadas, pero ahora, cuando están en tus manos, son casi el objeto más pesado que jamás hayas sostenido. P.E.A no significa que John esté muerto... pero también podría serlo.
Nota del autor/ra: La cantidad de personas que tienen sed por este hombre me da fuerzas.
Advertencias: Dolor, menciones de muerte, sangre, una pequeña cantidad de sangre, angustia, fluff (eventualmente), alusiones a la intimidad, mención de desnudez.
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Las personas no desaparecen: dejan rastros, pistas, marcas en las paredes o marcas negras en los pisos. Demonios, la gente deja algo atrás incluso si no puedes verlo.
Pero las placas de identificación en tus manos no te dan más que recuerdos, y los recuerdos solo dejan el corazón roto; ardiendo en tus pulmones como si hubieras recibido una bala que se clava entre los tejidos blandos, arrojando sangre sobre la alfombra. La angustia no puede ayudarte a traerlo de vuelta.
John Price te dejó con nada más que sus placas de identificación y, por mucho que lo intentes, no puedes evitar odiarlo por ello.
Sin evidencia.
Sin rastro.
Y ningún cuerpo para ser enterrado.
No pudieron encontrarlo.
"Esto fue todo lo que pude encontrar", susurró Gaz, sin aliento, cuando estuvo en el umbral de tu puerta hace una semana y media, viendo cómo se congelaba la sonrisa en tu rostro, como si, en ese momento, estuvieras atrapada en un bucle temporal de abrir esa puerta de entrada una y otra vez a su dolorida cara. Lo miraste como si no lo conocieras y, entonces, continuó, las placas de identificación en la pequeña caja de terciopelo negro temblaban en su agarre mientras abría la tapa con un chasquido ahogado, "L-lo siento mucho, Cariño."
Lo siento mucho.
Eso fue todo lo que pudieron decir, pero no significó una mierda. Eso no pudo haber sido todo lo que quedó. ¿Piezas de metal en una cadena de bolas? ¿Manchas de sangre y suciedad sobre las palabras y los números impresos? No. No. No.
Tus ojos se habían marchitado mientras recorrían el uniforme ceremonial de Gaz, el color marrón con las diversas medallas brillando a la luz de la tarde de otoño. Pero el frío del aire nunca te alcanzó, y todo lo que podías pensar cuando tus ojos se posaron, finalmente, en esas placas de identificación dañadas fue que John habría odiado todas las molestias por las que Gaz había pasado.
