Un día celebras en un casino de las vegas, al otro, te vuelves la mejor de las bailarinas exóticas Y finalmente... eres raptada por una banda de sicarios como método de pago.
La cosa es que eres propiedad del padre, pero sus hijos son tan llamativos...
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Emré:
—No puedo hablar demasiado... ella me salvó la vida y creo que le debo lo mismo, tampoco estoy seguro aquí.
—No puedes irte así Emré, papá debió haber dado alguna señal de que no te dejaran salir. —Contesta mi hermano entre dientes asegurando la puerta.
—En eso debes ayudarme... —Cierro mis ojos con fuerza. —Yo no puedo salir ahora, pero tú sí.
—No quiero problemas...
—También te acostaste con ella Gael, luego de que le dijiste que la ayudarías y te recuerdo que lo hiciste sin su consentimiento.
—¿Qué quieres? —Me interrumpe molesto.
—Necesito que hables con el... el momento más vulnerable es en el cumpleaños de papá...
—¿Quieres liberarla? ¿Estás loco?
—Tu y yo sabemos que esto no va a terminar, tu y yo sabemos que estando ella cerca no pararemos, a ver dime, ¿usaste condón cuando te la cogiste?
Su semblante cambia de inmediato.
—¿Y sabes lo peor? Papá le prohibió a Camille darle anticonceptivos, para el sería un orgullo embarazar a la mujer de su némesis.
—Si sale en estado querrá pruebas... —Termina mi frase y yo sonrió sarcásticamente.
—Y en esa tómbola bailan tres nombres...
Sonaba mal de mi parte, pero era la única manera de que Gael accediera a ayudarme, solo si él se ve en peligro.
—Ilústrame. —Dice tomando asiento y poniendo su rostro entre sus manos.
—Debes ir al casino, y hablar con Kulture...
—¿Con la misma a la que le hice llegar la carta? —Asiento.
—Ella debe saber en dónde está Phillipe y estará más que dispuesta a recuperar a su mejor amiga.
—Pero Venus esta de camino al matadero. —Eleva sus hombros y luego cae en cuenta. —¿Phillipe? Hablas de el cómo sí.. Mierda ¿Está vivo?
—Concéntrate, no es el punto, no la ha matado, tal vez también se enamoró de ella. —Sugiero y el abre sus ojos con sorpresa. —O está planeando algo peor de lo que nos podemos imaginar.
—¿También? —Repite lo último que dije dejándome en evidencia.
—Si... me refiero a Phillipe. —Titubeo.
—Joder Emré ¿Te enamoraste de la puta de papá?
—No es una puta, y no hablaremos de esto ahora, debes ir y buscar a Kulture.
GAEL:
No podía hundirme ahora, menos por una mujer.
La tensión en la casa era tal que partía el cuchillo si intentabas cortarla, la noche caía y debía actuar rápido.
