Siempre supe que el amor era doble filo, al mismo tiempo, supe que era masoquista y amaba sentir el ardor que causaba.
Sé que Phillipe no anda en buenos pasos, pero, ¿Quién quiere hacerlo?
Aun de la mano con él, todos nos dirigimos a unas enormes puertas, es cuando me suelta por primera vez en el trayecto.
Uno de sus hombres iba a hacerlo, pero él lo detiene.
—Esto es especial. —Mira a Kulture y a los demás que iban con nosotros. —Vuelvan al bar, los llamaré en un momento.
Frunzo un poco mi ceño. Mi mejor amiga sonríe y me abraza antes de irse con los demás.
—Amor... —Levanto la mirada de inmediato, era la primera vez que no me llamaba por mi apodo o por mi nombre. —Dediqué cada día de esto a ti... quise que, al pisarlo, pudiera sentirte donde sea que estés...
Llena de aire sus pulmones y abre las puertas. Joder, era el puto paraíso.
Dos escaleras en forma de "V" me reciben, eran blancas con barandales dorados y escalones marmoleados. Lámparas de agua lluvia con luces amarillas también de un dorado hermoso.
Un casino simplemente más hermoso que el anterior.
—Pensé que jamás... —Noto que le cuesta hablar, él era un hombre rudo y verse fragmentado era un trago amargo para él.
—¿Que jamás volvería para verlo? —Sonrío con lágrimas en los ojos.
Coloco su mano justo encima de mi corazón y por primera vez en mi vida logro ver a profundidad lo que hay en él.
El me ve a los ojos y yo me pierdo en su mirada, fue la única vez en todo el rato que la desvié de lo que me rodeaba.
Me besa muy despacio y siento como la paz que no tuve en casi un año vuelve de golpe a mí.
Se separa un momento para llevarme al borde ubicado en el medio de las escaleras.
Los pisos eran brillantes, se aspiraba una elegancia increíble, sin embargo, habían luces de colores hermosos que llamaban mucho mi atención.
Los asientos aterciopelados eran un toque delicado que yo hubiera sugerido. Es como si todo lo hubiera escogido yo.
Pero justo en medio había algo aún cubierto como si estuviera en construcción.
—Phill ¿Qué es? —Lo señalo.
—Venga conmigo esposa mia. —Me da la mano como todo un caballero y ambos bajamos por aquellas escaleras que creo eran mi parte favorita de todo.
Nos detenemos frente a lo que había señalado y un señor se acerca con una champaña y dos copas.
—Solo tengo una obsesión... esa obsesión tiene nombre, apellido y unas tetas de infarto. —Sonríe y me extiende la copa. —Brindemos por su casino señora De Salvatore.
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La meretriz de los Shaw ©
RomansUn día celebras en un casino de las vegas, al otro, te vuelves la mejor de las bailarinas exóticas Y finalmente... eres raptada por una banda de sicarios como método de pago. La cosa es que eres propiedad del padre, pero sus hijos son tan llamativos...