Capítulo 18

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Karol...

Estaba tratando de despertarme, pero estaba tan agusto. Es de esas veces que la cama está súper calentita y no te quieres ni mover para no espantar el sueño, pero me empezaba a incomodar la posición en la que estaba, así que decidí moverme un poco y sentí un brazo abrazándome más fuerte y pegándome a él tratando de que no me fuera.

Estoy muy cómoda así, pero después de unos segundos de estar media dormida, entro en razón de que estoy durmiendo con alguien y que probablemente debería de ver con quién estoy durmiendo, así que con la pesadez en mis ojos, los abro y veo a Ruggero.

«Menos mal que solo es él» pienso y vuelvo a cerrar los ojos, queriendo volver a dormir.

De nuevo media dormida me entra a la cabeza que es Ruggero.

¡No puede ser él!

Vuelvo a hacer el intento de abrir los ojos y siento como una mano acaricia mi cintura.

—¿Sigues con sueño, princesa? —pregunta una voz ronca.

Yo medio abro los ojos, si, es Ruggero. Entro en razón y abro los ojos por completo, separándome de él.

¡Mierda! Me duele un montón la cabeza.

¿Cómo terminé con él? Me froto un poco los ojos, mientras trato de ajustar bien mi vista y lo miro.

—¿Que hago contigo? —le pregunto, en modo de reclamo.

Noto que él tiene los boxer puesto y me fijo en lo que yo traigo puesto; una camiseta de él, que me gusta usar y unas bragas que él se quedó, con razón estaba tan cómoda, pero, ¿Él me la puso?

—¿Tu me quitaste la ropa? —le pregunto.

Sinceramente recuerdo muy poco lo que pasó anoche, solo tengo flashbacks borrosos.

Él me mira enojado y sigue sin alejar su brazo de mi.

—Si, ¿Querías que te la quitará uno de los pendejos con los que estabas ayer? —pregunta enojado y pegándome con más fuerza, por lo que yo trato de separarme —Se iban a aprovechar de ti si no te sacaba de ahí.

Yo lo miro con cara de, “¿En serio? ¿Tu hablando de esos temas?

—Ay, muchísimas gracias, eres mi héroe —le respondí sarcástica —No necesito tu generosa ayuda y últimamente que te importe una mierda con quién esté.

Enojada, le estoy por gritar muchísimas cosas, cuando me tapa la boca con una de sus manos y se posiciona sobre mi, en el espacio que hay entre mis piernas. Yo lo miro enojada y trato de quitarlo, pero evidentemente él es más fuerte y aparte de todo, está enojado.

—Que no se te olvide de quién eres y con quién estás hablando —me dice enojado al oído y quita su mano de mi boca.

Seguido de eso, me besa, un beso en el que reclama que mi boca es suya. Yo no quiero besarlo y trato de apartarlo, muerde mi labio inferior haciendo que chille y abra mi boca. Mete su lengua y empieza a jugar con la mía.

Besa increíble, no lo niego.

Empieza a acariciar mi cintura por debajo de la camiseta y yo comienzo a llorar mientras juego con su cabello.

Eres mi gata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora