enzulian ♡

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Había pocas cosas de las que se arrepentía, pero haber arruinado toda una amistad solo por una noche en las que las copas fueron más que sus propias palabras estaba en el puesto número uno de su lista. ¿Cómo pudo haberse descuidado de esa manera? Siempre controló su necesidad de demostrar esa inegable atracción sexual que sentía por el morocho de ojos oscuros, pero ahora, esa cuestión se había disparado más lejos de lo que él podía controlar, ya no solo era una necesidad sexual de estar con él, era una mas sincera que se sentía tan distinta que asustó al castaño. Una especie de comodidad y calidez invadió el pecho del muchacho haciendolo confundir y comenzar a tener tantas preguntas que su cabeza no podía responder ni analizar. No quería mezclar las cosas, desde un principio sabían que esa noche que pasaron juntos no era más que un error por culpa del alcoholismo de ambos, pero no hacia falta ser tan inteligente para saber que si seguían con aquellos encuentros a escondidas en algún momento todo se iría por el desagüe. Sobre todo con Julián, alguien con un corazón tan blando que, por desgracia, cayó al primer roce de alguien que no le convenía para nada, y no porque él sea una mala persona, sino que jamás podrían estar juntos de otra forma que no sea sexual.

En consecuencia a esto, su rendimiento dentro de los partidos a los cuales era titular se veían afectados por tener su cabeza en un lugar completamente ajeno a donde se suponía que debía estar, lo lamentable de la situación era que él único que sentía aquello era Álvarez, a su compañero de aventuras no se lo veía igual de afectado que a él, se sabía de sobra que solo se trataría de tener sexo y nada más. No existieron momentos en los cuales se podían malinterpretar las cosas pero la mente del otro funcionaba de distinta manera, obviamente.

¿Por qué él era el único que podía sentir eso? Sentir esa calidez que atravesaba todo su cuerpo cuando tenía a Enzo cerca suyo, la comodidad que había entre los dos, sus labios atrapando los suyos en esos besos imposibles de olvidar; todo era tan surreal y tan confuso que lo hacía llorar. No existía ni un mínimo de chance de poder expresarle sus verdaderos sentimientos al moreno sin crear alguna discusión que llevaría a terminarlo todo de la peor forma.

¿Era capaz de ocultar todo aquello solo para seguir al lado de él? Sí, y lo había estado haciendo desde hace meses, la culpa no lo dejaba tranquilo, se sentía totalmente usado. No podía y no quería seguir así, pero cuando lo veía caminar hasta su puerta con aquella sonrisa estúpidamente brillante no podía evitar derretirse ante él y caer a sus brazos, dejándose llevar de nuevo por aquél chico que accidentalmente robó su corazón. Por supuesto que no era culpa de Enzo, ni tampoco tuvo intenciones de 'enamorarlo', él nunca se hubiera imaginado que su amigo terminaría viendolo con otros ojos.

Con el paso del tiempo su situación se ponía más deplorable, se daba asco por ser así, por sentir lo que sentía y no poder reprimirlo dentro suyo, tenía tanta necesidad de desahogarse con alguien que parecía que su angustia explotaria de su pecho en cualquier momento. Necesitaba un consejo, pero la confianza que había dentro del grupo no era la suficiente como para charlar de sus problemas, mucho menos para algo de este porte. Un problema personal que pondría los pelos de punta a cualquiera.

El cansancio mental que sentía Julián era insoportable, se captaba a simple vista lo apagado que estaba de la realidad. No hacía falta conocerlo de hace años para darse cuenta que aquél muchacho de tierna sonrisa no la estaba pasando tan bien como él lo hubiera imaginado o como le gustaría aparentar. Todo esto lo superaba de sobremanera, siempre terminaba llorando después de los entrenamientos en algún lugar alejado a los demás. No sabía si sus compañeros se habían dado cuenta de su estado lamentable, pero mucho no le importaba, aunque le hubiera gustado que alguien se acercara a preguntarle si necesitaba ayuda en algo, tal vez así podría desahogarse con más facilidad.

Los días seguieron pasando tranquilos, bueno, tranquilos para los demás mejor dicho; y los entrenamientos siguieron de forma constante y normales. En uno de ellos, ya casi finalizada la jornada, Julián se apartó un poco de su grupo para acercarse a los asientos y sacar una botella de agua que estaba tirada por ese lugar, tomó el líquido logrando calmar su sed, cuando de repente escuchó como alguien caminaba hacia su dirección. Se dio vuelta para ver quien era y casi choca con el cuerpo del contrario, era Enzo, que agarró los hombros del otro para que no cayera por el impacto, aunque si no caía por eso caería por un desmayo, no tenía ganas de hablar con él hoy. De hecho, durante toda la tarde había ignorado al moreno, que ya sospechaba el por qué se había acercado a este; durante la noche le mandó un mensaje para decirle que se pasara por su habitación, obviamente con segundas intenciones. Cuando el castaño vio aquél mensaje lo ignoró por completo, en otras ocasiones hubiera contestado pero esta vez fue diferente, como si una fuerza mayor a él lo hubiera obligado a dejar 'plantado' a Enzo. Fue una mezcla de emociones que tuvo en el momento, ira y resentimiento por su amigo que lo hacía sentir de la forma más estúpida posible.

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⏰ Última actualización: Mar 08, 2023 ⏰

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