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Lisa

Después de un largo viaje, llegamos a una casa amarilla en Suwon, Gyeonggi-do. Alrededor de ella, se veían grandes campos de cultivo, diez u once hectáreas muy posiblemente. El señor Kim, a quien supuestamente debería llamar "padre" se bajó primero y luego me abrieron la puerta para bajar también.

-Aquí es, bonita casa la de tu futura esposa, ¿verdad cariño? – dijo tratando de poner su brazo derecho sobre mis hombros fingiendo afecto.

- Vamos, hagamos esto rápido que ambos tenemos cosas más importantes que hacer.

Al llegar toco la puerta dos veces y una pareja de avanzada edad me abren la puerta. Entra primero Kim y yo lo sigo, luego los otros dos guardaespaldas. Estaba contemplando la sala que era pequeña y acogedora, cuando percibo un aroma de arándanos que poco a poco inundaban la habitación. En este olor me encontré con nerviosismo o quizá algo más, miedo.

-Buenas tardes señores Kim, soy Kim Jiwon, CEO de Manoban Food y padre de Lisa, espero que nuestra visita les sea agradable y podamos concluir el acuerdo del que hablamos – él como siempre con aquella "formalidad", incluso con algo tan importante como mi boda, tema del que de hecho no he dicho ni una palabra porque ¿Para qué seguir confrontándolo? Estoy tan cansada que me distraigo viendo el paisaje exterior por la ventana mientras los señores hablan con mi padre sobre cuán beneficioso será para ambos esta alianza. Obviamente no conocen al señor Kim.

- Hola, yo-yo soy Jennie, un gusto unnie – me saluda la jovencita dueña del aroma a arándanos que inundaba la habitación – eres Lisa ¿verdad? Por supuesto que eres Lisa, yo no sé que estoy diciendo, discúlpame – dijo cada vez más nerviosa y retrocedió la mano que me había ofrecido como saludo, yo tomo su mano y me levanto jalándola hacia mí.

- Hablaré con Jennie en otro lugar, tenemos que conocernos si debemos llegar a convivir juntas algún día – dije firme mirando hacia los tres Kim.

- Sí claro Lisa, Jennie, ve con ella y muéstrale las naranjas que estamos a punto de cosechar – dijo la señora mayor.

Ahora era ella la que jalaba mi mano hacia la puerta luego de asentir a la orden que su madre le había dado. Fuimos juntas hacia la salida y en todo el camino no soltó mi mano, lo cual a mi no me molestaba en lo absoluto, tenía unas manos sumamente suaves.

Jimin

Caminaba hacia Yoongi quien también se acercaba hacia mí. Mis brazos se encontraban detrás de su cuello, mientras que una de sus manos se posaba en mis caderas y la otra en mi mejilla izquierda cuando nos besamos. Revolvía sus cabellos y poco a poco fui hacia el borde de su polo para sacárselo y él hacía lo mismo con el mío, los dos sin ropa superior, tomé su mano y lo llevé a mi cuarto cerrando la puerta rápido. Mi cuerpo se sentía cada vez más caliente y mis mejillas más sonrojadas, él besaba y dejaba pequeñas marcas en mi cuello, yo lo estaba disfrutando totalmente. De pronto escucho que la puerta se abre de un portazo.

- ¿Qué le haces a mi Jimin estúpido alfa? – gruño Jungkook mientras sus manos formaban puños. Todo pasó tan rápido: corrió abalanzándose sobre Yoongi quien tiró al primero a la cama para no dañarlo.

-Tú ¿Qué haces aquí Jungkook? – digo mientras me pongo entre los dos, definitivamente Yonnie no iba a ir a los golpes, Jungkook sí.

- Vine porque olvidé mi polera, no pensé que este imbécil aprovecharía de ti – dijo levantándose de nuevo. Se paró delante de mí empujando a Yoongi hacia la pared – aléjate de mi hyung.

- No pelearé con un cachorro, ve temprano mañana a trabajar Jimin y tú pequeño – dijo dando palmaditas a la cabeza de Jungkook – deja de hacer rabietas que mami ya está muy cansada como para aguantar tu comportamiento, además él es MI OMEGA, yo sé lo que hago y lo que no, no te atrevas a meterte en el medio – dijo la última frase usando su voz de mando. Él es de baja estatura, quizá sea mi imaginación, pero mientras decía esto se veía más grande que Jungkook.

Namjoon

-No se preocupe señor policía, no volverá a pasar – decía Hoseok saliendo de la comisaría por lo sucedido – tenga buen día.

- De la que te acabas de salvar, mas bien el bonito no hizo una denuncia. Si fuera él lo hubiera hecho, de paso te saco lo poco que te queda de tu gratificación por navidad – dije haciendo señas de dinero burlándome del beta descuidada.

Nos dirigimos al carro y subimos de nuevo, hasta que el aroma de lavanda se hizo presente, allí estaba el bonito.

-Hola, disculpen, ¿creen que me podrían dar un aventón? Necesito llegar rápido a un restaurante.

- Claro Jin hyung, permíteme la dirección del lugar.

Luego de media hora llegamos hacia el restaurante. Jin se bajó apurado, cerró la puerta y arregló algunos cabellos alborotados mirándose en el espejo de la puerta, seguidamente se despidió con un referencia agradeciéndonos. Corrió hacia adentro donde un hombre se encontraba sentado. 

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⏰ Última actualización: Dec 24, 2022 ⏰

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