Días de fiesta en Nueva York.
Tzuyu miró su reloj por décima vez en la última media hora. Odiaba el sistema de transporte público, era tan lento, y siempre estaba tan lleno, especialmente en temporada. Además no creía poder aguantar un minuto más dentro de aquel metro si seguía sonando el instrumental de All I Want For Christmas Is You tan alto que apenas sí podía oírse pensar.
Para su suerte (o su desgracia) el tren se detuvo y pudo bajarse del vehículo, solo para encontrar en la estación un coro de niños entonando Silent Night al ritmo de sus campanas y cascabeles. Gruñó en voz baja y caminó camuflándose entre la multitud para evitar que los pequeños le pidieran una moneda. No era un tacaña, pero aparte de no tener cambio en sus bolsillos no quería ser una hipócrita y hacerles creer que le gustaba su performance cuando no soportaba sus lindas voces cantando esa estúpida canción.
El café en el que trabajaba no quedaba muy lejos del subterráneo así que solo tuvo que caminar unos segundos bajo la nieve para llegar al local. No le sorprendió que hubiera tanta clientela, después de todo Jihyo's Little Coffe Shop, un pequeño café con luces blancas y un pequeño cartel de FELIZ NAVIDAD en una de sus ventanas al final de la calle, era un sitio muy popular.
Aunque disfrutaba de vivir en Nueva York, le molestaba que la ciudad enloqueciera tanto con navidad; porque a ella no le gustaba, le recordaba lo miserable que era su vida y que no tenía a nadie con quien pasar las fechas. Ese era un punto a favor de Taiwan, la navidad no era muy celebrada y no se veía invadida por los colores rojo y verde.
Pero ese era el único aspecto de Tainan que extrañaba. Hace años que había salido del lugar que la había visto crecer tratando de huir de los recuerdos. Tzuyu lo había perdido todo siendo muy joven, su madre la abandonó cuando era solo un bebé y su padre se suicidó cuando ella estaba en jardín; por eso se crió con su abuela, a quien amaba más que a nada en el mundo. Y aunque nunca tuvo muchas amistades, era suficiente con Dahyun, su mejor amiga desde los 6 años. Sin embargo, la vida no era justa con Tzuyu e hizo que los perdiera a ambas. Una mañana al llegar a la escuela Dahyun no llegó a clases, llamó a su casa desde su teléfono y se sorprendió cuando la línea sonó cortada, así que fue hasta allá para ver qué ocurría y encontró la propiedad vacía, uno de los vecinos al verlo tan confundida le dijo que la familia se había mudado fuera de la ciudad; nunca pudo volver a contactarse con ella. Y como si fuera poco su abuela enfermó de demencia y la vio empeorar año tras año, perdió el habla, olvidó que ella era Tzuyu, su nieta adorada y que ella misma se llamaba Ling, y cuando la atacó la neumonía los doctores no pudieron hacer nada para salvarla. Así que ahí estaba ella, con 18 años y una deuda de 60 mil dólares taiwaneses con la clínica. Vendió la casa que le había dejado su abuela luego de lidiar con los abogados, pagó el dinero que debía más intereses y compró un tiquete a América porque no estaba dispuesta a vivir en la ciudad en la que había tenido que decirle adiós a todo lo que amaba. Llegó a Nueva York con una maleta, 500 dólares y un vocabulario en inglés que solo incluía "hola" "gracias" y "adiós". Buscó un lugar donde vivir y descubrió que con el dinero que tenía solo le alcanzaría para una, máximo dos semanas si gastaba muy poco. Trabajó en una papelería, en una pizzería y en una bolera antes de ir a parar al café de Im Nayeon, la primera persona asiatica que conocía en esa caótica ciudad; todo eso mientras estudiaba inglés en un instituto de cuarta. Gracias a la amable mujer, Tzuyu pudo organizar un poco su vida, empezó a ganar un sueldo decente y pudo entrar a una universidad comunitaria de horarios especiales para hacer una licenciatura.
Y que no le preguntaran a Tzuyu sobre amores, porque en eso tenía tan poca experiencia y tan poco interés que te diría que mejor adoptes un gato.
—Buenas tardes, Tzuyu, ¿cómo estás hoy? —la aludida fue recibida por una sonrisa de su jefa y ella no tuvo más remedio que responder de la misma forma.
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𝐑𝐞𝐭𝐫𝐨𝐮𝐯𝐚𝐢𝐥𝐥𝐞 - 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮
Fanfiction𝓢𝓪𝓽𝔃𝓾 - «Las navidades tristes de Tzuyu tienen sus días contados.» Esta historia no me pertenece, todos los créditos a ©milkyy-way Portada por: chvyoung