Cuando llega la medianoche.
Tzuyu estaba preparando un capuccino cuando una mujer se acercó a decirle que el piso del baño estaba hecho un desastre. Echó un vistazo en dirección al servicio y sintió que estaba por ponerse a llorar. Tenía muchos pedidos y no podía si quiera ir a asomarse a ver qué tan mal estaba, además no podía dejar la barra sola mucho tiempo porque alguien podría aprovecharse y tomar el dinero o la mercancía. Miró a Sana pensando que la única opción que tenía era pedirle que cuidara el lugar mientras ella se encargaba de asear, pero no creía que estuviera bien pedirle un favor un par de horas después de verla por primera vez en años: por un lado era maleducada; y por otro lado era completamente descabellado, se habían separado por casi siete años y eso era suficiente tiempo para convertirse en un criminal. Aunque estaba segura de que Sana sería incapaz de hacerle daño a una simple mosca.
Lo pensó durante unos segundos y habló sin estar muy segura de sí misma:
—Sanake —la aludida sonrió al oír su nombre y dirigió su vista hacia ella—. ¿Puedes hacerme un favor?
—Depende del favor —bromeó. Tzuyu bufó y Sana se carcajeó.
—¿Puedes pararte aquí y defender la tienda de los malechores mientras yo voy a limpiar el desastre que hay el baño? —De decir que sí pondría su trabajo en manos de alguien más y podría quedar de patitas a la calle en tan solo un minuto.
Sana permaneció en silencio por unos segundos que se sintieron como horas. Lo veía venir, iba a decirle que no, a Sana no le gustaban las responsabilidades ajenas.
—Preferiría no hacerlo —Tuvo razón. Sin embargo, Tzuyu no pudo evitar mostrar la decepción en su rostro y Sana casi brincó de su asiento llamando su atención con las manos—. ¡Pero puedo limpiar el baño por ti!
Tzuyu abrió mucho los ojos y negó con la cabeza más veces de las necesarias.
—No... no hace falta —Ella nunca tartamudeaba, pero vamos, esa noche parecía estar haciendo todo lo que nunca hacía y actuando como solía hacerlo cuando era una adolescente.
—En verdad, Tzu —su corazón dio un vuelco al oírla llamarlo de esa forma—. No es problema.
Sana puso una mano sobre su hombro le dio un apretón. Si no había cambiado esa era la forma que tenía de convencerte de algo.
Tzuyu dudó por un segundo porque para ser sinceros eso era demasiado, si su abuela estuviera ahí para verla le diría que no fuera una aprovechada y que no era lo correcto, pero se vio obligada a aceptar cuando empezaron a llamarla para que entregara las órdenes que tenía pendientes, así que sonrió agradecida y le indicó de dónde tomar los elementos de limpieza.
Sana desapareció en el cuarto de wc por los siguientes cuarenta minutos y se sintió muy mal porque de haber tardado más habría recibido la navidad limpiando vómito de un baño. Algo le decía que no tenía mucha experiencia con el aseo. Cuando volvió al mostrador tenía la cara cubierta con una capa de sudor y olía a detergente de limón. Tenía una expresión casi cansada, pero se veía orgullosa de sí misma.
—¿Te divertiste?
Sana produjo una risa sarcástica y tomó una servilleta para limpiarse la cara, si a Tzuyu le preguntaran diría que lucía adorable con el cabello pegado a la frente y la cara sonrojada debido al calor, de hecho se tuvo que contener de hacer un comentario al respecto y se limitó a entregarle un vaso con agua fría. Podía estar helando afuera, pero la calefacción hacía que dentro olvidaran por un rato que estaban en invierno.
Faltaban diez minutos para las doce y por primera vez en años no sentía deseos de brincar por una ventana. La voz de Sana diciéndole tonterías la tenía muy ocupada para notar que un cliente le había pedido una copa de champán para todos en el café y se ganó un regaño de su parte. Sana fue muy amable ayudándola a contar el número de personas y acomodando las copas en las bandejas para que pudiera servir y llevarlas de mesa en mesa.
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𝐑𝐞𝐭𝐫𝐨𝐮𝐯𝐚𝐢𝐥𝐥𝐞 - 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮
Fanfiction𝓢𝓪𝓽𝔃𝓾 - «Las navidades tristes de Tzuyu tienen sus días contados.» Esta historia no me pertenece, todos los créditos a ©milkyy-way Portada por: chvyoung