Cap 40- Preparacion

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Eran mediados de octubre y por fin había recibido el informe de la llegada de Sirius a Hogwarts, tenía curiosidad de verlo no por una cuestión familiar solo ver cuan desgastado estaba luego de sufrir con los dementores, en los libros no menciona que rayos comía.

Acaso comería en su forma animaga robando a los transeúntes en Hogsmeade? Debería escaparme y casualmente alimentar a un gran perro? Nah muy problemático.

Bien de cualquier modo no era asunto mío, haciendo memoria en la primera salida a Hogsmeade no habria alumnos. Tal vez podría concertar un encuentro con Lupin y ver si podía  convencerlo de lleva a cabo mi laborioso plan, el año recién había comenzado, pero sería fabuloso evitar todo el drama y el potencial peligro de un hombre lobo exaltado y agresivo.

Cada día la rata en los bolsillos de Ron estaba más nerviosa, le recomendé mantener encerrado al gatito a Hermione, vamos el gato me cae bien pero estar escuchando las quejas de Ron era molesto, ah niño si supieras que tú "rata" es un tipo bajito no la acariciarias con amor ni presumirias que duerme en tus brazos.

Debido a lo estresante que eran sus peleas casi me mudé a la biblioteca, prefería pasármela en la sala de menesteres pero era algo aburrido estar sola en ese gran salón por más acogedores que fueran los asientos. Añadiendo que a veces me quedaba dormida y me perdía la cena.

Estudiaba a veces sola y otras con Theo, la mayoría de las tareas tenían que ser rápidamente terminadas, bendita memoria, debido a que la aburrida clase del viejo fantasma no era algo que requiriera la atención la mayoría dormía o perdía el tiempo, era silenciosa y perfecta para avanzar en otras asignaturas.

Ahora que lo pensaba podía considerarme bilingüe y aprovechando que tenía una exelente memoria y facilidad de entendimiento no sería complicado aprender otros idiomas, había sido una especie de propósito frustrado el no tener tiempo para tomar clases de idiomas en mi otra vida pero en esta había caído en una familia con una herencia bastante prominente. ¡Viva el consumismo!

Me llevaba bien con Hermione, pero Ron era como sufrir hemorroides, se la pasaba hablando mal porque pasaba tiempo en la biblioteca con Theo, su aversión a los Slytherin era ridícula, ni siquiera se había dado tiempo en conocerlo y soltaba su veneno, cada día sentía un poco más de incomodidad el tenerlos cerca, Harry por su parte era muy crédulo y manipulable, bien tal vez era su inseguridad y su falta de afecto el no querer desairar a su primer y efusivo amigo.

Lo cual era bastante ridículo y contradictorio, el siempre era visto como el niño que vivió lo cual le molestaba pero se negaba a aceptar que no tenía que juzgar a los demás por lo que terceras personas opinaban.

Tenía muchos deseos de aprender el hechizo de fuego maligno pero era un hecho que Snape me mandaría al diablo, aún no sabía cómo destruir la diadema, tal vez debería mandar a un elfo a robar la espada de Gryffindor..? No, eso sería exponer a mi personal además de que no sabía si el viejo Dumbledore tendría algún hechizo de protección en su oficina.

Había muchos hechizos oscuros bastante funcionales pero cuando me arme de valor para preguntarle a Snape solo recibí regaños sarcasmo y una clara negativa, ya lo esperaba pero no dejo de ser desolador quien estaria dispuesto a enseñar artes oscuras superiores a una mocosa de 13.

Así que recurrí al plan B, ambos estábamos bastante ocupados pero la comunicación por lechuzas nunca se vio interrumpida, en los últimos dos años de hablar pude llegar a conocer mejor la forma de ser de Andre, tenía un sentido del humor algo retorcido, no podía quejarme de eso en cierta forma yo tampoco tenía un sano sentido de humor, tal vez debido a que eran cartas y no hablar cara a cara me era muy fácil y cómodo ser sincera sin reprimir nada, no forzar una tranquilidad ni paciencia.

Reencarne como la odiada hija de Bellatrix LestrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora