Capítulo 3: Enfados sin sentidos

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Estaba recogiendo mi ropa cuando tocaron mi puerta y yo me sobresalté.

-Si, pasa.-Entró mi madre llorando, tambaleándose y borracha.

-Hija, lo siento mucho me acabo de enterar sobre lo de tu padre, perdón.-

Yo estaba en shock, no me lo podía creer, mi madre nunca se daría cuenta de lo que pasaba a su alrededor siempre igual como la odiaba.

-Vale, mamá yo ya me entere hace unas horas atrás y e decidido que me voy al entierro de papá.-

-¡Que, no hija! No te puedes ir, te necesito.- mi madre estaba actuando o que le pasaba.

-Lo siento mama pero si necesitas ayuda díselo a unos de tus "amiguitos"-

-Na como siempre, eres la peor hija del mundo , gorda ,fea y asquerosa

para algo tuve una hija para que me cuidase, y tu haces eso, eres la peor persona del mundo, vete, vete, vete con tu padre que mira donde esta, donde se fue al extranjero para ¿que? para "¡mantenernos!" y el se estaba pinchando a cualquier maruja que se encontraba. Hija date cuenta que el esta, mejor muerto, ahora deshaz esa maleta y vamos a cenar.- nunca había visto a mi madre así la empuje y salí corriendo de mi casa con mi maleta lista para irme.-

Estuve caminando hacia el aeropuerto y me quedaban 2h para llegar y de repente un coche muy bonito creo que era un Lamborghini o un Ferrari, se para al lado mío y un hombre guapo, de pelo rizado y castaño se baja del coche.

-Hola, ¿Qué haces aquí tan solita?- Veo y escucho que tiene un acento raro como inglés.

-Pues voy de camino al aeropuerto, y a usted que más le da.-

Era demasiado tarde y no quería hablar con nadie.

-Bueno lo siento bastante, es que es muy tarde y me gustaría ayudarte.-

cuando dijo eso me sorprendí que nadie me ayudara pero bueno mi avión salía dentro de 1h y no quería perderlo así que acepte.

En el camino estuve hablando con el chico, resulta que se llama Izan y era de Nueva York y había venido a España para ver a su abuela que estaba enferma.

Llegamos al aeropuerto y él se tenía que ir a su vuelo y yo también. Estábamos los dos corriendo hacia la embarcación, y resulta que teníamos el mismo vuelo.

-Ay ,madre mía, al fin llegue- escuche como alguien decía eso y mire hacia esa dirección. Era un chico muy parecido a Nelson pero más alto y más musculoso.

Izan también miró al hombre ese y se quedó observando como yo de arriba a abajo.

El hombre misterioso se gira y nos observa como nosotros a él nos quedamos así varios minutos, pero ese momento incómodo lo rompieron las azafatas porque ya teníamos que subir.

Me senté en mi asiento al lado de la ventana y el hombre misterioso se sentó al lado mío junto a Izan.

Esto fue un festival de momentos incómodos.



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Holaaaa siento por no escribir pero no tuve tiempo ahora que son vacaciones voy ha escribir mas os lo prometo besissssss

Amores RarosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora