cinco

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Juliana Cisneros

No sé en qué momento dejé de escuchar a mi intuición, Cami tenía razón, yo debí poner distancia, si no hubiese ido a la fiesta y me hubiese alejado todo sería diferente, o si no hubiésemos cambiado las reglas... quizás si no lo invitaba a dormir.

Todo parecía indicar que era mi culpa, yo acepté, yo lo besé cuando nadie veía, lo invité a quedarse en mi habitación más de una vez y básicamente me acerqué cada vez más sabiendo que estaba pasando hasta mis propios límites.

Me siento tan abrumada por todo lo que desencadena el encuentro con Juanes que apago mi celular el cual parece estar a punto de explotar entre tantas notificaciones. En otras circunstancias esto habría sido el mejor momento de mi carrera culinaria pero ahora es solo la oficialización de una relación con Juan Pablo Isaza para el resto del mundo.

Yo no quiero ser la novia de nadie, quiero ser alguien por mi propio nombre y he trabajado muchísimo en eso como para que sea arruinado en cinco minutos y tres titulares de prensa rosa.

Estoy molesta, frustrada y enguayabada... Y sé que en parte ni siquiera tiene que ver con esto sino con nosotros.

Con el hecho de que funcionamos tan bien juntos que cada minuto que pasa me arrepiento más de haber aceptado porque no quiero que esto se acabe, pero si no me voy tengo todas las probabilidades de salir perdiendo.

Ya no tenemos 31 días, ni siquiera podemos saber cuánto nos queda porque ya no somos nosotros quienes decidimos, parece que la opinión pública es quien tiene ese derecho y debí suponerlo pero elegí ignorar ese hecho hasta ahora.

Me siento en el sofá y miro con recelo el celular puesto en la mesita de café porque contra todo pronóstico lo único que quiero es encenderlo y llamarlo, quiero reclamarle por hacerme confiar en él, por haberme dicho que todo estaría bien con Juanes cuando no fue así... y porque lo único que quiero es que esté aquí de nuevo dándome fuerzas y diciéndome que lo haremos juntos.

Quiero seguir haciéndonos bien por todo el tiempo que queramos pero ahora que nada es claro parece mil veces más difícil.

❄️

Los próximos dos días se tratan de esconderme de los periodistas y los fans en la cocina. No sé cuántas horas dormí ni cuántas llevo despierta, a estas alturas soy más un zombie que una cocinera y la verdad se siente horrible.

Él no se ha aparecido por aquí y supongo que es para protegerme aunque tranquilamente puede ser que me odie un poquito por ser una cobarde y huir sin cumplir mis promesas.

No tengo la menor idea de cómo reparar esto así que tampoco voy a joderlo más, porque estar cerca solo me confunde el doble y será más fácil alejarme que dejar que los sentimientos fluyan y esa marea se desborde como está pasando justo ahora.

A pesar de que son apenas las seis de la tarde trato de dormir un poco. Cuando me recuesto sobre la almohada un dejo de su aroma sigue ahí y mi cuerpo entero comienza a extrañarlo un poco más, enciendo mi celular con la idea estúpida de escuchar alguna de sus canciones para sentirlo más cerca.

Tengo como cinco mil seguidores nuevos en Instagram, 168 mensajes nuevos en WhatsApp (aunque un 30% es del grupo de mis hermanas) y 12 llamadas perdidas, todas de él.

Para mí no tiene sentido que él quisiera llamarme, entiendo que yo quiera hacerlo pero a él debe pasarle esto todos los meses, es un tipo ocupado y que está rodeado de sus mejores amigos y su familia, alguien que podría silbar y tener una nueva cita para las fiestas... ¿Por qué querría llamarme?

JP Isaza:
Perdóname
De verdad no me imaginé todo esto
Estás bien?

No. No voy a seguir llenándome la cabeza de dudas. No señor. No hoy.

31 días - Juan Pablo Isaza (Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora