Jungkook era un conejito azulado que amaba explorar, su vida se basaba en salir a correr por los grandes campos de su manada y perderse entre los árboles. Claro, cuando no debía obedecer a sus padres y quedarse en casa a ayudar, porque al ser el menor tenía demasiadas tareas en el hogar.
El conejito odiaba los viernes de tareas, siempre estaba ocupado y no lograba ir a descansar. Él quería transformarse para correr libre por los grandes campos de pasto y flores, dónde podía corretear mariposas o por la noche luciérnagas.
En ese momento sus piecitos estaban cansados de caminar por todos lados intentando encontrar a su hermano y por fin terminar sus obligaciones.
Jungkook suspiró al poder visualizar a un conejo negro caminando sobre las zanahorias y papas, así que se transformó y corrió hacía dónde estaba el mayor.
Sus patitas azules se movían con velocidad sobre la tierra para llegar lo más rápido posible con el mayor y así fue pues logró derribarlo con fuerza terminando ambos sobre el suelo llenos de tierra.
Sacudió sus orejitas mientras se frotaba en el cuello de su hermano, el contrario volvió a su forma humana mirándolo con reproche y lo tomó entre sus brazos acariciando sus bigotes.
—¿Cuándo entenderás a calmar tus ataques?—Cuestionó entre risas el mayor.
—Perdón, Jinnie— Respondió Jungkook al volver a su forma humana aún entre los brazos de su hermano.
—No te preocupes, Koo, ¿ya terminaste tus tareas?— Interrogó.
—Ahora si, mamá dice que debes prepararte para la visita de los Kim—Comentó, Jin hizo una mueca que el menor no pasó desapercibida, pues al caminar a la par no perdió rastro de las facciones de su hermano.—No tienes que hacerlo si no quieres.
—Tengo que, Jungkook— Jin se notaba serio, las expresiones en su cara no eran las mismas de hace un momento. Sus ojos se veían llorosos y su nariz se había tornado rojiza.
—Por supuesto que no, dile a papá y a mamá, yo sé que entenderán.
—Conejito—Suspiró.–Ellos ya aceptaron mi compromiso con Kim y tendré que casarme con él, sabes que es para unir a ambas manadas.
—Pero tú no estás feliz por eso así que no te cases, Jinnie— Jungkook no quería ver a su hermano triste y más si se tenía que casar con alguien que no conocían.
El menor se acercó a Jin para darle un abrazo e intentar darle ánimos, ambos sabían que tendrían que hacer lo que sus padres habían aceptado. SeokJin se tenía que casar y punto, nada podría cambiar; ahora sólo rogaba porque el "esposo" fuera alguien bueno para su hermano.
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Los hermanos Jeon llegaron hasta la casa, un bello hogar repleto de jardines y grandes alcobas que parecían no tener fin. Eran una familia bien acomodada entre lo que daba el campo, su hogar era más una cabaña gigante que otra cosa.
Jungkook amaba vivir ahí pues así salía a estirar sus patitas todos los días, además de curiosear por todos los prados de otras manadas. El pequeño conejito era un gran explorador por lo que siempre llegaba tarde a todos lados, justo como en ese momento.
Llevaba quince minutos de retraso para la cena con sus invitados, sabía que su madre lo iba a reprimir por dar una mala impresión. Aunque no le importaba mucho, él no era el que debía conocer al gran Alfa Kim, primogénito de los lobos.
Más que nada porque aún no quería casarse, él quería ser feliz hasta encontrar a su otra mitad y que su omega fuera repleto al conseguir a su pareja. Sus pensamientos fueron cortados al escuchar una tos falsa proveniente de su padre.
—Buenas noches, una disculpa por la tardanza— Se dirigió a la familia de lobos que lo miraban extrañados. Se apenó completamente logrando que sus mejillas se tiñeran de un rubor.
—Preséntate, Jungkook— Habló su padre con un tono grave.
—No tiene porque dirigirse así a su hijo— Una voz que no reconocía llamó su atención, un Alfa se levantó desde la esquina de la mesa— Toma asiento, Jungkook— Señaló un lugar junto a su hermano, por su primera impresión el prometido de su hermano le agradaba.
Al sentarse junto a SeokJin pudo percibir un aroma a cedro que le pareció agradable para provenir de un Alfa, el joven a la derecha de su hermano lucía como una gran persona. Su aspecto hogareño y los lindos hoyuelos le daban confianza, tal vez y sólo tal vez no sería tan mal esposo para su Jinnie.
La cena transcurrió entre pláticas sobre los tratados que se formarían si es que Jin aceptaba el compromiso, cosa que era insignificante ya que sus padres habían tomado una decisión.
La manada de lobos y conejos formarían una alianza.
Jungkook observaba atento a su hermano, se le veía muy cómodo con el Alfa. Eso le ponía feliz, mínimo Jin tendría a alguien que lo apoyará en ese matrimonio.
—Namjoon — Mencionó la Alfa lobuna.
—¿Si?— Respondió el mencionado, a lo que Koo pudo saber cómo se llamaba el atractivo Alfa de su hermano.
—Acompaña a SeokJin, deben empezar a conocerse lo más pronto posible si van a casarse— Kim asintió dejando el camino libre al de cabellos negros, su progenitora tenía razón y deberían empezar con eso.
Jungkook sonrió con el comportamiento de Jin, nunca lo había visto tan tímido con una persona, pero su actitud con Namjoon era completamente diferente. Sabía que después usaría eso a su favor, lo molestaría demasiado.
Al quedarse sólo junto con los mayores se sentía como una margarita apunto de ser cortada, las filosas miradas de todos sobre su cuerpo.
Sentía que alguien diría algo por lo que estaba alerta, sus orejitas azules erguidas y su esponjosa colita moviéndose inquieta.
—Koo, cielo— Llamó su madre con una voz demasiada dulce.
Eso significaba algo malo, conocía bien a su progenitora y definitivamente lo que saldría de su boca no le agradaría.
—Hemos estado pensando demasiado en esto y luego de hablarlo con tu padre decidimos que lo mejor sería que también contraigas matrimonio.
—¿Qué? ¿Qué carajos acabas de decir?— Las palabras salieron de su boca sin ni siquiera percatarse de cómo se había dirigido a los mayores.
—¡Jungkook! Discúlpate con tu mamá y siéntate, aún no hemos terminado— La voz del Alfa Jeon resonó por toda la sala, estaba molesto por la actitud y el tono de su hijo.
—¡No! ¡No pueden obligarme a casarme! Enserio lamento haberte hablado así mamá, pero no dejare que hagan lo mismo que con Jin— Sus manos estaban hechas puño por la ira que intentaba controlar.
—Pues no estamos preguntándote, te casaras y es mi última palabra— Jeon Mo-Tack utilizó su voz de mando logrando enchinar los vellos de su piel junto con la de todos los presentes. Podía ser una simple conejo, pero no quitaba su linaje de Alfa puro.
Los ojos de Jungkook se notaban brillantes, las lágrimas intentaban escapar pero no permitiría que su padre tuviera la última palabra.
—¡No puedes obligarme!— Koo salió corriendo de la casa dando un portazo y dejando a todos sorprendidos por su comportamiento.
Sus padres estaban furiosos mientras que los Kim sólo se mantenían sorprendidos por las acciones del chiquillo.
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Espero les haya gustado el primer capítulo ♡︎
Gracias por leerme y dejar su estrellita así me animan a continuar.
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Curiosity | Jikook
Fanfikce"Dónde Jungkook es un conejito demasido curioso y Jimin un híbrido que odia a los roedores"