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Capítulo uno. 'Emily '
Dos años antes.
El invierno azotaba la ciudad de Chicago en forma de nieve y vientos violentos que obligaban a Ivy usar un abrigo para cubrirse del frío. No podía resfriarse ni enfermarse de ninguna manera, si aquello llegaba a suceder no tenía dinero para pagar medicamentos, por lo que tenía que confiar en los guantes con la bufanda que le daban calor a menos seis grados. Pero la verdadera pregunta era la de qué demonios estaba haciendo una niña de trece años caminando por la noche en las calles del peligroso lado Sur, donde en cualquier momento podrían robarle o que un auto se detenga a su lado para llevársela o en el mejor de los casos congelarse por la nieve.
Acomodó su gorro de lana para taparse las orejas. Subió las escaleras para ir a la puerta de entrada a la casa de los Gallagher, para su mala suerte estaba cerrada, por lo que no le quedó más opción que dar la vuelta a la entrada trasera. Sabía el truco, logró entrar directo a la cocina que tenía la luz apagada, en un acto de decencia cerró los pestillos de la entrada que había ocupado y después se sirvió un vaso de agua que se tomó en una de las sillas del comedor.
Tenía demasiado frío, todavía su cuerpo temblaba.
La luz se encendió de la nada, eran casi las doce de la noche, lo que significaba que todos estaban dormidos, sobre todo porque Frank estaba en el hospital recuperándose del trasplante de hígado que milagrosamente terminó recibiendo como un regalo del cielo. Ivy se giró sobre su asiento directo a la escalera al escuchar unos pasos acercarse peligrosamente.
── Maldita sea. Soy yo, idiota── exclamó al ver a Carl con el bate en alto dispuesto a golpearla── Baja eso.
── ¿Qué haces a esta hora acá?── preguntó el niño enojado.
── ¿Por qué demonios hay como siete niños durmiendo en la sala?
Carl suspiró bajando el bate: ── Son hermanos de Bonnie, viven en un estacionamiento.
Miller alzó las cejas comprendiendo, Bonnie se trataba de la novia del chico con la que había cruzado palabras un par de veces por casualidad al encontrarse en el mismo lugar. Era una criminal infantil que robaba dulces chocando autos contra la tienda, pero Ivy nunca delataría a una niña del lado Sur.
── ¿Estabas en el hospital?── Ivy asintió sin mirarlo── ¿Frank está bien?
── Claro que no fui a ver a Frank. Nadie me pagaría lo suficiente── respondió Miller dejando el vaso sobre la mesa. Soltó un suspiro pesado sin levantar mucho la voz para no despertar a los niños que habían invadido la sala de los Gallagher. Carl bajó las escaleras dejando el bate en el piso, Bonnie estaba durmiendo arriba, así que no tenía prisa. Su secreto era que prefería pasar tiempo con Ivy.
── ¿Entonces qué fuiste a hacer allá? ¿Robar drogas?
