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¡Especial de navidad!

Aaah, navidad, a pesar del frío y toda la gente en las calles es mi época favorita del año, me encantan los villancicos, la comida, las películas y ni hablar de los regalos y pasar tiempo con la gente que me importa. Definitivamente diciembre es el mejor mes de todos.

—¡¡Renjuun!! ¡¡Deja de estar de vago y ven a revisar el pastelon!! creo que se está quemando—los gritos de mi mejor amigo me sacaron de mi burbuja.

Solté uno que otro quejido y con toda la pereza del mundo me levanté del sofá para dirigirme a la cocina, una vez allá pude observar a un YangYang preocupado sentado en el frío piso con la mirada fija en el platillo que se encontraba en el horno.

Solté un largo suspiro y me acerqué a él, puse mi mano en su hombro y le dije:

—No se está quemando, a penas se está cociendo—observé fijamente el pastelon de papá a medio cocer.

El peliplateado me miró y me dedicó una pequeña sonrisa.

—Aaaah, pensé que se estaba quemando— admitió mientras se paraba y me extendía la mano para que hiciera lo mismo, solté una pequeña carcajada e imité su acción.

—Recuerdame por qué elegimos llevar el pastelon— pidió con frustración.

Suspiré y me apoyé en la meseta.

—No lo elegimos, Haechan no los asignó porque según él a mí me queda más rico.

—Hoy mato a Hyuck, llevamos casi todo el día en esto—dijo y empezó a hacer un pequeño berrinche.

Solté una carcajada y me quedé observandolo, a veces parecía un bebé, un tierno y grande bebé.

—Va a valer la pena, ya verás,  llevamos el mejor plato de la cena navideña—dije orgulloso mientras cruzaba los brazos sobre mi pecho.

YangYang se quedó viéndome no muy convencido de mis palabras.

—Cagaste, el mejor plato es la carne.

—il mijir pliti is li cirni ninini—golpé su brazo y empecé a caminar hacia la sala para seguir viendo Un príncipe de navidad.

~

—YaaangYaaaang—grité desde la puerta con el pastelon en mano, mi asombrosa pijama, el angelito y un gorrito de navidad, tenía todo, solo me faltaba YangYang que estaba tardando más de lo normal.

—Ya voooooy

Suspiré y empecé a mover el pie ansioso mientras me apoyaba en el marco de la puerta.

Llevaba ahí parado unos 7 minutos hasta que lo ví salir con su pijama, una diadema con cuernitos de reno y una mochila gigante, ¿Que llevará allí?

—Perdón por tardar tanto, tuve que empacar algunas cosas— dijo y palmeo la gran mochila que yacía sobre su espalda.

— ¿ Y qué fue exactamente lo que empacaste? ¿Sabés que solo será una noche y un día, verdad?- pregunté confundido mientras me acercaba para tocar su mochila.

—Claro que seé, por eso llevo tantas cosas, juegos de mesa, cambio de ropa para ambos, el angelito y un vino porque nunca se sabe—dijo con una mirada inocente y una sonrisa en su rostro.

Sonreí y rodé los ojos mientras abría la puerta, ahora sí, listo para salir.

El camino al apartamento de los espositos Lee fue bastante corto pero algo cansado ya que su edificio queda a unos 10 minutos a pie, ¿Buen ejercicio verdad?