Max, es el mejor amigo de mi hermano Pablo, tiene una gran relación con mi familia entera, sus padres, desde que mi madre murió, pasan las fiestas con nosotros siempre para hacer compañía a mi padre.
Max siempre a sido un chico bastante atractivo y...
-¿Donde me llevas?- le digo ahogada de tanto correr. -Por fin, hemos llegado. Miro para arriba y veo un cielo lleno de estrellas. -Dios mio ,que bonito.-digo. -Sabes que? Te he traído para que estemos charlando un rato. No quería volver a caer en su juego de nuevo. -No... tengo sueño. -Venga Paola, no seas así, quédate, serán minutos y después estarás en tu cama durmiendo como siempre. Sabía que eso no era cierto, pero me quede. Mientras estábamos allí tumbados viendo las estrellas, pensé que nunca me hubiera imaginado estar tumbada con el mejor amigo de mi hermano, pero yo creo que Max no es un chico cualquiera. -Oye el beso de la otra vez...- me dice Max. Yo le pongo la mano en la boca para que se calle. -No importa.-digo. -Si importa, no me arrepentí de hacerlo.-dice quitándome la mano de su boca. Casi me besa, así que yo le conté algo. -Oye, ¿sabes que si me besas lo vas a pasar muy mal no? -¿Y eso porque?-me dice. -Porque estoy pensando en irme a vivir a Cantabria, mi padre dice que eso se alarga más y más aún. De repente Max baja la cabeza. -No importa lo que pase después, tranquila. Y me besó, creo que sentí mariposas volando por mi tripa, nunca lo había sentido.
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Después del beso, volvimos a la casa, así que me tire a mi cama demasiado nerviosa y pensando en ese beso, estaba harta de besarle sin ser nada, pero no podíamos serlo, porque creo que ya lo tengo decidido, me iré a vivir a Cantabria con mi padre, mañana se lo diré a Pablo y veré que hago.
