Max, es el mejor amigo de mi hermano Pablo, tiene una gran relación con mi familia entera, sus padres, desde que mi madre murió, pasan las fiestas con nosotros siempre para hacer compañía a mi padre.
Max siempre a sido un chico bastante atractivo y...
Me desperté como si estuviera en un sueño, la noche de ayer me gustó bastante. Aún en pijama, bajo a desayunar como todas las mañanas y mientras como, llamo a mi padre. *Llamada* -Hola,papá. -Hola Paola, en minutos iré a trabajar, ¿que pasa? -Estoy pensando en irme a vivir contigo allí los meses que estes, te hecho de menos Papá. -¿En serio harías eso por mi? Te quiero mucho mi niña. Aquí en el piso hay una habitación más, puedes venir. -Si papá, pues iré mañana, hablaré Con Pablo para ver si el quiere venir también. -Vale, adiós hija. -Chao papá.
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Por más que no quisiera separarme de Max, mi padre estaba por encima de todo. Mientras lavaba el plato, Max bajó y me dio un abrazo por la cintura. -¿Has hablado con tu padre?- me pregunta. -Si, me iré mañana a Cantabria, pero no le digas nada a nadie, tengo que contárselo a tus padres y ver si Pablo viene conmigo o no. Vi como Max se ponía triste pero lo ocultaba, porque le hacía feliz a la vez que fuera a ver a mi padre. -Esta bien, deberías hablar con Pablo. -Eso haré. Subo las escaleras y veo a Pablo mientras se está poniendo una sudadera. -Oye tontitoo-le digo. -Dime. -te tengo que decir una cosa. -El queeeeee. -Iré con papá a vivir a Cantabria, no pienso dejarle solo en noche buena. Pablo se sorprendió. -Iré contigo.-me afirma. -Pues les tenemos que explicar todo a Mateo y Lucía. Los dos bajamos y nos los encontramos a los tres en el salón , es el momento perfecto. *Les explicamos todo* -Es normal que queráis pasar la noche Buena con vuestro padre.-nos dice Lucía. Nosotros subimos arriba y yo hago las maletas un poco triste pensando en Max. Se que el está triste también. Aviso a mi padre por WhatsApp que llegaré a Cantabria mañana por la tarde y de repente escucho que tocan mi puerta, es Max, creo que viene a despedirse. -Entonces lo de que sufriría si te besaba era cierto...-me dice desilusionado. -Si, era cierto, y te lo advertí, no debiste hacerlo. -Te juro que volvería a cometer el mismo error. Mientras me decía eso, me agarraba de la cintura. -Te quiero-me dice mientras me besa con la luz del atardecer.
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Después del beso, salió de mi cuarto y me quede un rato sentada en mi cama, pensando, ¿que éramos el y yo? Termine de hacer las maletas y me dormí en mi cama sin ni si quiera haberme duchado.
