Prólogo

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APOKOLIPS un mundo infernal al que gobierna un dios cruel y despiadado quien ha agotado los recursos del planeta y sojuzgado a su gente para cumplir sus sueños de conquista mutiversal. En uno de los sectores que dividían al planeta, trabajadores oprimidos que Vivian y morían al servicio de su gobernante sin corazón, habían sido testigos de una persecución sobre sus cabezas en lo alto de la atmosfera cargada de humo y azufre del planeta.  


—Intruso, capturar, atrapar, detener —rugiría una de las criaturas aladas de atemorizante aspecto. 

Los para demonios que sobrevolaban los cielos de apokolips como era común para los habitantes del planeta, estaban cazando aun hombre volador de extrañas ropas, dicho hombre era conocido como Scott Free, un maestro escapista por naturaleza que ha vivido toda su vida en apokolips lo que le ha otorgado la oportunidad de mejorar sus habilidades. 

—Atrápenme si pueden buitres, jajaja —reiría el valeroso hombre sin miedo a la muerte. Al contrario, este mostraría una brillante sonrisa, algo sumamente extraño para la naturaleza de la situación en la que se encontraba. 

En sus manos y el motivo inicial tras su persecución, un extraño dispositivo cilíndrico que había robado de uno de los lugares más seguros del planeta infernal. Un crimen de dicha magnitud en este mundo gobernado por un régimen tiránico solo se podía pagar con la muerte o algo peor, sin embargo, el hombre no estaba aterrado, al contrario, la esperanza que rebosaba su conciencia era tal, que el hecho de que, ni un adiestramiento intensivo de madre bondad le podrían quitar esa sonrisa de su cara.  

Tras varios minutos de persecución eufórica, Scott finalmente perdería a sus captores al adentrarse en una de las grandes piras de fuego que conectaban con el núcleo del planeta, al haber vivido toda su vida en este planeta, había aprendido algunos cuantos trucos, como, por ejemplo. Calcular el tiempo de erupción de estas protuberancias mecánicas que rondaban en todo el planeta.  

No obstante, las criaturas con intelecto primitivo no tenían la misma astucia que el escapista número 1 del universo, pasando justo detrás de Scott por la misma pira volcánica que los convertiría en huesos carbonizados tras su erupción. 

———— VARIOS MINUTOS DESPUES ———— 

—Ja, lo logre, el maestro himon tiene razón, es glorioso ser libre —mencionaría para sí mismo Scott observando que ya no era seguido por nada y entrando a un pequeño túnel desolado —. No fue fácil robar este generador, pero no planeo quedarme un minuto más en este podrido mundo. 

—El toque de queda ya termino cadete —declararía una voz femenina justo detrás de Scott. 

Quien con miedo giraría lentamente esperando que no fuera quien el creía que era. 

—Por dios, casi me matas del susto —mencionaría Scott sujetando su pecho con dolor. 

La persona frente a Scott era la misma big barda, una de las más fieras guerreras de apokolips a órdenes de darkseid, una de las furias. 

—Se me notifico que hubo un altercado en uno de los laboratorios de dakseid, Scott, por favor dime que tu no tuviste nada que ver — pediría big barda, aunque ella ya podía sospechar la respuesta. 

—Jeje, descuida barda, el riesgo esta vez valdrá la pena —declararía Scott con una gran sonrisa mientras se acercaba a barda con confianza. 

—Ja, si, ya he oído eso antes —respondería big barda acercándose coquetamente a Scott. 

Garou en Marvel y DCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora