¡ O8 ⚝ new year's eve !

385 61 7
                                    

¡Está nevando! —del otro lado de la pantalla, en Australia, Felix se encontraba en plena videollamada con Jeongin y Jisung.

— Como si nunca habías visto nieve —rechistó el pelirrojo.

Claramente sí, pero no recordaba mi última nevada desde que me fui de aquí.

Que lindo, Lixie —Jisung había acomodado el teléfono en un lado de la recámara mientras desdoblaba su ropa.

— ¿Dónde está Changbin-hyung?

Oh, él está adentro, ayudando a mi hermana a elegir su outfit, creo que va a salir con sus amigas —entró de nuevo a la casa—. Felix cariño, ¿puedes ayudarme aquí? —escucharon de parte de la madre del pecoso— Sí, por supuesto. Debo irme chicos, les hablo luego, ¡adiós!

¡Adiós! —el azabache se sentó en la cama— Me alegro que Felix haya podido ir a Australia, ¿te acuerdas cuánto lloró la última vez que vino de regreso?

— Dios, sí —puchereó—. Pasamos toda la noche despiertos esa vez, tratando de tranquilizarlo.

Sí, ojala esta vez no sea así, aunque ahora tiene a Changbin-hyung —elevó sus hombros—. Quién sabe si alguna vez él pasó por algo parecido.

— Es probable —sintió que alguien se sentó a su lado; nadie más que Hyunjin por supuesto.

El mismo le sonrió y le acercó una taza. Era gracioso que se diera cuenta cuanto amor le tenía al chocolate caliente.

¿Qué sucede, Innie? —Han frunció el ceño.

— No, nada —no dejó de verlo, mientras tomaba la taza—. Gracias, Jin.

Uyy —molestó Jisung—. Yo mejor los dejo.

— No, no hace-

¡¿Qué?! ¿Cómo dijiste? —gritó para alguien más, segun él, aunque Jeongin sabía sus intenciones— Sí, ya voy, Minho. Tengo que irme, Innie —habló apresurado—. Cuídate, te hablo más tarde.

— Pero- —ni siquiera le dejó terminar la frase.

— ¿Eran tus amigos? —Hyunjin tomó un sorbo.

— Sí —suspiró, dejando su teléfono—. Felix llegó hoy en la mañana a Australia, y Jisung recién llegó a Gimpo.

Hyunjin asintió. Notó aquel semblante serio que yacía en el rostro del menor, mientras este soplaba el contenido caliente de la taza, y daba ligeros sorbos.

Conocía esa expresión.

Él también pasó algunas fechas especiales lejos de su familia, y entendía a Jeongin cuando no pudo ir a Busán a ver a la suya, estaba seguro de que la extrañaba.

— Recuerdo la primera vez que pasé un año nuevo lejos de mamá —dejó la taza en el posa vasos—. Lloré antes y después de la cuenta regresiva. Para ese entonces, aún no conocía a Jake ni a Chan; estaba solo —Jeongin simplemente lo observó hablar—. Al día siguiente mamá llamó, y me dijo que no importaba dónde estuviese, ella siempre estaba conmigo —sonrió por el recuerdo—. Y para mí es así, sé que a pesar de que vivo solo, ella me acompaña. Y no, no murió —rió porque sabía que Yang estaba pensando en ello, por su expresión—. Te lo digo para que sepas que no estás solo, tienes a tus amigos, que sabes que a pesar de que están lejos, te acompañan aquí —tocó su pecho, justo en su corazón—. Los llevas ahí. Y yo también quiero acompañarte.

El pelirrojo estaba incrédulo; tenía que admitir que aquello fue tierno, fue muy lindo, y que sintió su corazón latir fuertemente por aquellas dulces palabras.

Y para desviar aquello, tomó la taza y sorbió, listo para lo que iba a decir.

— Gracias —dijo sin observarlo—. Por haber aparecido —finalmente se acurrucó en un abrazo en su pecho que Hyunjin correspondió.


¡ ☁︎ !


Ambos jóvenes se encontraban viendo una película en la comodidad de la sala de la casa de Jeongin, casi a la media noche.

Al día siguiente sería año nuevo, no tenían nada planeado más que esperar a media noche y hacer la cena, ya que serían los dos para ese momento.

[ Your Name ] había pasado a segundo plano hace un rato, cuando Jeongin se había acurrucado en el pecho del peligris, y éste le daba caricias en el cabello. Ni siquiera sabían cómo habían llegado a eso, pero estaba seguro de que se sentía cómodo y en un lugar seguro.

Jeongin tenía los ojos medio cerrados, por poco durmiéndose. Dicen que cuando estás con una persona y te da sueño, es porque esa persona te transmite tanta paz que llega a ti las ganas de dormir; es eso, o es que consume toda tu energía.

Pero en ese caso, Hyunjin le transmitía paz.

— Innie —le susurró al chico que estaba acurrucado en su pecho.

— ¿Hmm? —respondió casi sin ganas— Debes ir a la cama —le habló suave—. Vamos a dormir.

— No —contestó aún desde su pecho—. No tengo sueño...

— Estás casi dormido en mi pecho, Innie —rió, Jeongin sintió el rebote mientras aún escuchaba el sonido de los latidos del corazón del mayor—. Ven, vamos.

A como pudo, se levantó y en sus brazos cargó al pelirrojo, quien se aferró a él, para comenzar a caminar y subir por las escaleras con el cuidado de no caerse, y así hasta llegar a la habitación y dejarlo en la cama. Lo recostó y le arropó, dándose la vuelta para dirigirse a la sala, apagar todo y así luego meterse a la cama con Jeongin a dormir también.

Justo cuando se dió la vuelta, el que se encontraba acostado lo tomó del brazo, haciendo que se volteara, buscando sus ojos.

— No te vayas —pidió—. Por favor.

— Innie, sólo voy a apagar la tele —suavemente se zafó del agarre—. No duraré ni dos minutos, ¿está bien?

— No te tardes —lo soltó.

Con una sonrisa en los labios Hyunjin abandonó el cuarto.

Le gustaba —más de lo que ya— ese Jeongin adormilado que no sabía qué decía o hacía, y que estaba seguro de que a la mañana siguiente no recordaría nada. Pero él sí, él recordaría lo de esa noche.

Cuando volvió a subir, el menor ya estaba dormido. Así que aprovechó y buscó algo más cómodo para dormir y luego cambiarse. Una vez listo se metió en las sábanas y cerró los ojos, hasta que sintió al pelirrojo voltearse y volver a acomodarse en su pecho, buscando calor. Entonces lo abrazó, lo rodeó con su brazo, dejándose llevar por el calor que ambos se daban en aquella fría noche y por la tranquilidad del momento.

— Descansa, Jinnie —lo escuchó decir suave.

Nuevamente la sonrisa decoró sus labios.

— Buenas noches, Innie.

── a christmas gift !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora