¡ O5 ⚝ weave !

425 63 10
                                    

Hyunjin había salido a traer ropa a su casa; según él, no tardaría demasiado.

Llevaba una hora y media esperando en la sala por él, teniendo todo tipo de pensamientos. ¿Estaba bien? ¿Le había pasado algo? ¿Habría tenido algún accidente de vuelta? ¿Se habría arrepentido de haberse quedado en su casa? Esas y muchas otras preguntas que no tenían respuesta aún.

Y entonces se levantó del sofá; no podía ser que se estuviera pasando el rato pensando en él. No y no.

Caminó hasta su habitación, subiendo lentamente las escaleras mientras trataba de borrar malos pensamientos. Abrió el armario y una caja que se encontraba encima de toda la ropa, apenas visible pero que sólo él sabía qué había allí. La colocó en su cama, y sacó algunas de las cosas que estaban dentro.

Para Jeongin no había mejor manera de despejar su mente que tejiendo.

Dejó afuera las lanas de amigurumi marrón claro, blanco y rosa que había comprado hacía unos días, y la aguja de crochet. Guardó nuevamente el resto dentro de la caja, y la volvió a dejar donde estaba, dirigiéndose nuevamente hasta la sala.

Tomó asiento, y tomo entre una de sus manos la lana marrón y en la otra la aguja, y comenzó a tejer. Esperaba que con eso pudiera llegar a despejarse y no pensar en Hyunjin.

Esperaba.

Mientras tanto, en el departamento de Hwang, todo estaba de cabeza cuando llegó. No debió prestarle el lugar a Christopher para la fiesta que dió con Jake y Soobin. Nueva nota mental.

Habían varias sábanas sucias, ropa también y algunos platos sucios que él dejó cuando salió de su casa para ir a la de Jeongin. No podía irse y dejar todo así; sólo esperaba que el pelirrojo no le estuviera esperando todavía, cosa que dudaba pero era una posibilidad, aunque ya sólo le faltaba buscar su ropa.

Porque a decir verdad, no quería desperdiciar mucho tiempo, ya que quería pasar más rato con él. Y no dudó ni un segundo cuando, en vez de su mochila, tomó la maleta de viaje que tenía, la mediana, ya que no quería asustar al chico al verlo llegar con una maleta grande.

Introdujo todo lo necesario; sus adoradas camisas holgadas, varios hoodies, su iPod y otras cosas. Se sentó en ella para cerrarla mejor, y luego tomó su teléfono para llamar un taxi y poder llegar a la casa de Jeongin.

¡ ☁︎ !

Yang ya llevaba varias pilas de puntos; no sabía qué estaba haciendo, y lo peor es que no le sirvió para dejar de pensar en Hyunjin.

Parecía sonar desesperado, pero le gustaba la compañía del mayor, tenía que admitirlo. Era cálido, acogedor, y hasta le daba un poco más de vida a su hogar el hecho de que dos personas se encontraran ahí y compartieran tiempo juntos.

Involuntariamente sonrió con ese pensamiento.

Escuchó que tocaron a su puerta, y rápidamente guardó las cosas que tenía en manos. Nadie sabía que él tejía, y no quería que se enteraran tampoco.

Cuando tocó la manilla de la puerta, sintió su corazón correr, pero se desató cuando del otro lado Hyunjin le saludó sonriente, y él le respondió de la misma forma, con una boba sonrisa. Algo dentro de él sintió paz al verlo completo, sin un sólo rasguño.

— Pensé que te arrepentirías y te quedarías en tu casa —bromeó.

— Eso quisieras, Yang —entró a la casa.

No, definitivamente no.

Tras cerrar la puerta, notó que arrastraba una maleta de tamaño medio; y se asombró por ello, no sabía que iba a quedarse tanto.

— ¿Pasatiempo? —y se quedó estático, al ver que sostenía la aguja que anteriormente estaba usando— Estaba en la mesita.

Ya no había marcha atrás, ya fue.

— No —se volvió cabizbajo—. Lo hago cuando estoy estresado y quiero despejarme —el peligris asintió, captando la información, siendo recibida con ternura—. Pero no le digas a nadie, por favor.

— ¿Por qué no? —frunció el ceño y dejó la aguja nuevamente donde estaba— No es algo malo, ni mucho menos ilegal.

— Lo sé, pero no quiero que sepan que tejo, ¿bien?

— Descuida —sonrió—. Es nuestro secreto.

Entonces algo se enterneció en el interior de Jeongin, eso fue bonito.

Después sólo lo vió alejarse, subiendo las escaleras para dejar su maleta en el cuarto. Y sí, había cedido a que durmiera en su cuarto; después de todo, no había pasado una mala noche. Además, su cama era lo suficientemente grande para él solo, algo de compañía a la hora de dormir no le hacía daño a nadie, mucho menos a él.

Comenzó a tomar las filas de diferentes puntos que había hecho antes de que el otro llegara, y las llevó a la habitación. A pesar de que ya sabía que tejía, no quería que supiera dónde guardaba sus materiales.

Llegó a su cuarto y esperó a que el mayor saliera, pero no parecía tener intenciones de hacerlo.

— ¿Tienes hambre? —preguntó de la nada, viéndolo sentado en la cama— ¿Quieres ir por bocadillos?

Perfecta oportunidad para sacarlo.

— Sí, sólo voy a cambiarme y nos vamos, ¿de acuerdo?

— Bien, te espero abajo —dijo ya saliendo, escuchándose los pasos en la escalera.

Como Flash, guardó todo en la caja que tenía en el armario, y la dejó nuevamente en el lugar donde nadie pudiese verla.

Y aún más rápido buscó algo de ropa para poder salir a comprar con Hyunjin.

── a christmas gift !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora