¡ O2 ⚝ hot choco and marshmallows !

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Jeongin estaba de pie en la cocina, con la vista bien fija en la sala, precisamente en el sofá donde Hyunjin estaba sentado. Tenía, como mucho, quince minutos de haber llegado, y no se había dignado a sentarse, enfrentarlo y hablarle. Quería saber por qué carajos estaba ahí.

Bueno, aunque ya se lo había dicho; Soy tu regalo de navidad.

Y negó con su cabeza, pensando en aquella errática historia, y alocada también. ¡Todo por culpa de Jisung y Felix! Aunque quién sabe, quizá podría agradecérselos luego. Cosa que dudaba.

Hyunjin desvío sus ojos hasta él, y lo vió con el ceño fruncido, capaz pensando qué haría con él. A fin de cuentas, terminaba siendo un extraño para Jeongin. Y ya.

Finalmente, tomó la iniciativa y se encaminó hasta la cocina, deteniéndose en frente al pelirrojo en el desayunador, acomodando sus codos encima, y ladeando su cabeza con una sonrisa.

— ¿Ya terminaste de pensar? —llamó la atención del más bajo, quien apenas se había dado cuenta de la presencia del otro.

— No, y si te importa, necesito espacio para hacerlo —sonrió falsamente, volviendo a la sala.

Por su lado, Hyunjin observó la bolsita de chocolate y malvaviscos en la alacena. Se acercó a ella, y la tomó entre sus manos, al igual que comenzaba a rebuscar entre su vajilla alguna taza. Se apropió de la nevera, buscando los ingredientes para hacer su chocolate.

— ¿Tienes leche?

— Sí, está en- ¡Hey! —se levantó del sofá, dirigiéndose hasta el peligris.

— Oh, olvídalo, la encon- —antes de terminar con la frase, Jeongin tomó la caja de leche entre sus manos. Hyunjin sólo observó.

— ¿Qué estás haciendo? —colocó la caja en el desayunador.

— Eh, chocolate caliente con malvaviscos, duh —expresó casi obvio.

— Hm, por si no te has dado cuenta —se cruzó de brazos—, tú no estás en tu casa.

— Lo es por ahora —sonrió—. Soy tu regalo de navidad, ¿recuerdas? Ni siquiera he podido explicarte nada, parece que me estás evitando, auch.

— Cállate —suspiró antes de seguir hablando, y arrepentirse de lo que iba a decir—. En la nevera hay más chocolate, puedes usar ese si quieres.

— Graci-

— Apenas termines esto, me vas a explicar qué haces aquí, ¿te queda claro?

Hyunjin se acercó un poco más a su rostro, dándole un involuntario y brusco sonrojo.— Como mande, jefe.

Por poco y sintió sus piernas flaquear, pero pudo zafarse del momento y corrió a la sala, dejando al peligris y su risita por detrás.

— ¡Cuidado quiebras algo! —trató de defenderse.

— ¡Sé cocinar!

¡ ☁︎ !

Luego de un rato, donde Jeongin no despegó sus ojos de Hyunjin haciendo su chocolate caliente y malvaviscos, se sentaron en el sofá.

No sabía por qué, o cómo, pero el hecho de verlo concentrado en lo que hacía en la cocina, su semblante serio y todo, lo hizo ver muy atractivo.

Y sólo era chocolate.

Estaba de brazos cruzados, observándolo soplar su chocolate porque estaba... caliente. Él ya se había acabado el suyo. Sentía que si lo tomaba mientras hablaba con él, y salía con alguna estupidez, conociéndose, capaz lo escupiría.

── a christmas gift !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora