¡ O1 ⚝ snowfall !

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Tenía todo preparado para pasar la tarde.

Había comenzado a nevar hacía un rato; por lo que para mantenerse caliente se colocó la sudadera que le regalaron sus amigos y había preparado un chocolate caliente con malvaviscos para él. Vería una película en la comodidad de su sala y soledad, donde nadie le molestaba.

No solía ser curioso en la mayoría del tiempo, pero el día anterior no pudo dejar de preguntarle a sus dos amigos qué carajos era aquella tarjeta. Cuál era la intención, qué significaba, alguna pista. Pero no, no le dijeron nada.

Y sí, era un simple pedazo de papel que tenía escrito en él su dirección, la dirección de su casa, ¿él para qué quería eso si ya se la sabía al derecho y al revés?

No tuvo más opción que esperar a que a alguno de los dos se le encendiera el bombillo y le diera por explicarle la tarjeta.

¿Y si era para raptarlo, borrarle la mente y supiera como llegar a su hogar después? ¿O llevarlo de fiesta, que perdiera la noción de la vida, y supiera regresar?

Se palmeó la frente con tan sólo ese estúpido pensamiento; sus amigos jamás harían eso, aunque esa última opción no estaría mal, no iba a negarlo.

Suspiró y tomó la taza con chocolate entre sus manos, tratando de liberar su mente de más estupideces como esa, y se dirigió hasta su sala. Siendo aún fan de las películas infantiles, sabía que vería una animada, algo que le hiciera volver a cuando era chico y se sentaba por horas a verlas.

Su sofá lo acogió de una manera cálida cuando vió que la nevada no había terminado y no daba indicios de hacerlo.

Sintió su teléfono vibrar, y su cuerpo se relajó cuando vió que su contacto decía Hanji 🌻.

— Justo iba a llamarte —dijo cuando contestó.

— Soy brujo, Innie —rió del otro lado de la línea—. ¿Cómo estás? ¿Estás solo?

— Lo sabía —copió su acción—. Sí, de hecho iba a ver una película e hice chocolate caliente para mí.

— Suena bien, más ahora que está nevando y parece no querer detenerse.

— Sí, ¿y tú? ¿Cómo estás?

— Estoy con Minho ahora —escuchó al mencionado gritar en el fondo un Hola—, así que estoy más que bien.

Entrecerró sus ojos, aunque el otro no pudiera verlo.— Cuídense, ¿sí?

— Sí, no te preocupes por eso —rió—. Aún no te vayas, te llamé para algo importante.

El menor elevó una de sus cejas, con inquietud.— Ujum, dime.

— ¿A ti no te gusta la navidad, cierto, Innie?

Su cara de sorpresa fue algo notable.—Sabes que no, ¿en serio me estás preguntando?

— Sí. ¿Por qué no te gusta? —puchereó, aunque ciertamente el otro no podía verlo— Hay muchos regalos y comida rica... ¡y nieve!

— No sé, simplemente no me gus- —se corrigió— O sea, no es que no me guste, sólo no me llama la atención.

— Comienzo a creer que es porque nunca te han dado un buen regalo.

— Mmm, tampoco es que me hayan hecho falta —se encogió de hombros.

— Tal vez es porque nunca la has pasado con alguien que te dé una buena navidad.

— ¿Y tú qué sabes? —entrecerró sus ojos.

— Nos conocemos desde muy pequeños, Innie —se cruzó de brazos desde su lado—. Te ví dejar los pañales después que yo.

— Bueno... pero igual, la fecha no tiene nada de especial.

— Como digas, solo sé que esta te va a gustar.

—Si... yo creo que no estoy entendiendo tu punto.

Escuchó la risa de Jisung del otro lado de la línea.— Disfruta tu regalo, Innie.

— Pero- —intentó hablar, mas Han le había cortado, dejándole las palabras en la boca.

Lo maldijo varias veces. Primero porque no le dijo el significado de su regalo. Segundo porque le cortó sin poderlo dejar protestar. Tercero porque no entendió la razón de su llamada, y le había dicho que era para algo importante y no le dijo nada.

Aunque eso es lo que él creía.

Encendió la televisión y puso la película, que ya estaba sólo de darle al play. Finalmente disfrutaría de ver Your Name por... ya había perdido la cuenta de las veces que la había visto, sólo sabía que no iba a cansarse de verla.

Pero no le duró ni dos segundos más cuando escuchó que llamaron a su puerta.

¿Quién carajos en su sano juicio saldría con una tormenta de nieve como la que estaba pasando por la ciudad en ese momento?

Sólo un loco.

Se levantó un poco molesto, más por el hecho de que le interrumpieran al inicio de la película; su favorita. ¡Ni siquiera había comenzado! Y suspiró antes de abrir. Pero sus palabras se le quedaron en la boca cuando vió a la persona que tenía en frente.

Definitivamente era un loco, pero uno muy sexy.

El chico frente a él lo escaneó de pies a cabeza, frunciendo su entrecejo y desviando después su vista hasta un papel que tenía en la mano.

El mismo papel que él tenía en su habitación.

Ni siquiera sabía qué decir, sólo parpadeaba en repetidas ocasiones tratando de figurar si era o no real.

— ¿Pu-puedo ayudarte? —se retractó porque eso sonó más como un balbuceo.

Hacía bastante frío para que andara solo, con únicamente una mochila, aunque el otro parecía estar lo más tranquilo posible.

Levantó su cabeza, inspeccionando la casa, asegurándose de que estuviera en el lugar correcto. Y cuando fue así, volvió sus ojos a él, aún sin decir nada. Jeongin esperaba que hablara, se riera o dijera algo.

— ¿Yang Jeongin? —esbozó una sonrisa, ladeando su cabeza y captando total atención del pelirrojo. Asintió— Un placer, soy Hyunjin, tu regalo de navidad.

Su voz le quedó en los tímpanos, resonando y tratando que se quedara ahí. Era un bonito sonido que venía de un bonito lugar. Además lo que dijo fue suficiente para que lo dejara más que atónito. No sabía si agradecer o maldecir a Jisung una vez más.

— ¿Qué? —fue lo único que pudo formular.

— Te lo puedo explicar... adentro —con sus ojos pedía que lo dejara pasar, estaba realmente helado afuera.

Tampoco era un desalmado para dejarlo congelarse de frío ahí. Pero dejar entrar a un extraño a su casa...

Bueno, ¿qué era lo peor que podía pasar?

── a christmas gift !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora