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──¡Su majestad!, ¡su majestad! ──Entonaron en conjunto aquellos hombres mientras entraban a la sala del trono de forma apresurada, manteniendo una formación con una alineación perfecta, sus armaduras brillaban tal como el oro con el reflejo del ma...

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──¡Su majestad!, ¡su majestad! ──Entonaron en conjunto aquellos hombres mientras entraban a la sala del trono de forma apresurada, manteniendo una formación con una alineación perfecta, sus armaduras brillaban tal como el oro con el reflejo del majestuoso sol que se colaba por los ventanales de ese pulcro templo

En un enorme trono, bordado del mejor oro y con las más bellas piedras preciosas; se encontraba reposando un rubió de aspecto majestuoso que jugueteaba con una pequeña flor de color celeste, flor que iba a corde con el tono encantador de sus ojos

Los hombres fueron hasta él y se arrodillaron en señal de respetó, mientras dos de ellos sostenían a un viejo que maldecía a todo lo existente mientras forcejeaba, parecía realmente complicado de sostener

La paz perturbada por aquel anciano pareció no enfadar al de vestimenta elegante, pues en todo momento mantuvo su mirada en aquella flor y lo único que fue recibido de su parte hasta ese momento fue un simple movimiento con sus pálidos dedos

Movimiento que fue interpretado y rápidamente los caballeros se pusieron rectos y los dos que sostenían al humano se encaminaron al frente

──¡TÚ!, ¡DILE A ESTOS IMBÉCILES QUE ME SUELTEN!

No recibió respuesta alguna, simplemente todo fue un absoluto silenció

Estaba apuntó de recriminar nuevamente cuando la voz del rubió resonó entre el silenció como la más bella melodía;

──¿Te has perdido?, debes estar tan asustado...

Y finalmente, pudieron apreciar con toda magnificencia aquellos ojos azules que idiotizaron al hombre de aspecto mayor, que quedó plasmado ante esa preciosa mirada piadosa

Pasaron los minutos y no hubo respuesta de su parte, eso hasta que uno de los caballeros le golpeó para que respondiera a la cuestión del dios, quien seguía al margen luciendo tan paciente.

──Mi nombre es Kojiro...Sasaki Kojiro

Mencionó en respuesta, confundiendo a todos en la sala aunque para Poseidón fue divertido, dejando escapar una risita

──Bien, Señor Sasaki...yo soy Poseidón y por si no lo sabe esta en territorio griego

──¿Territorio griego?

──Si, se encuentra en el Olimpo...podría decirme; ¿Cómo llegó aquí?

──No lo sé, estaba siguiendo a esa niña de cabello extraño y me perdí, supongo

──Ya veo, entonces fue una equivocación

──Sí

Poseidón se metió en sus pensamientos mientras reflexionaba sus ideas sobre que hacer con Kojiro

¡Reverse Poseidón! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora