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── Faltan apenas pocos meses para el inicio del Ragnarok, ¿Estás consciente de eso? Brunhilde ───La pregunta fue apenas importante para la valkyrie, quien estaba mas que centrada en seleccionar a los participantes que participarían en aquel espect...

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─ Faltan apenas pocos meses para el inicio del Ragnarok, ¿Estás consciente de eso? Brunhilde ───La pregunta fue apenas importante para la valkyrie, quien estaba mas que centrada en seleccionar a los participantes que participarían en aquel espectáculo de marionetas de los cuales los hilos eran tirados cruelmente por Caos para su propia diversión.

Brunhilde se puso tensa al sentir como la divinidad desnuda apoyaba sus palmas en su espalda, recargando su rostro contra el de la nórdica, a pesar de darle la espalda Brunhilde podía olfatear perfectamente el aroma dulce que emitía la griega, algo digna de la representación de la belleza y el amor, algo que a cualquiera lo haría caer en sus encantos...

── Afrodita, estoy haciendo lo que puedo. ───Respondió genuinamente tensa.

── Sí que deseas salvarlo de la prisión a la que fue condenado... ¿Al menos has tenido la decencia de informarles a tus hermanas la verdadera causa detrás de tu acción "desinteresada" respecto a salvar a los humanos?

Solo hubo silencio y Afrodita simplemente suspiro, aún apoyada en la espalda de la valkyrie busco algo de calor en ese trozo de hielo que se hacía llamar valkyrie. Afrodita era consciente del deseo que movía a Brunhilde en esa pelea contra los dioses, sus creadores.

Era consciente que solo haría eso para salvar al hombre condenado al tártaro, era tan consciente que era una traidora al no avisarle a Zeus pero... La amaba tanto que no deseaba perderla ante un posible castigo.

La diosa del amor sufriendo por un amor no correspondido, irónico. Quizás un jugueteo más de Caos para ese teatro.

── Me encontré a Athenea... ───Retomo la conversación donde la había dejado previamente. ──Estaba Nike a su lado.

Brunhilde sudó frío, Nike era la carta mágica de Athenea como Nostradamus lo era de ella. Nike tenía un pacto con Athenea, la victoria atada a la diosa que nunca pierde.

Joder, en verdad necesitaba tenerle un rival a su escala. Athenea era una bestia en el combate y con Nike el poco porcentaje de posibilidad de victoria bajaba a ser solo 1%.

No podía arriesgar a Nostradamus o a Adam aún teniendo en la lista a Zeus y Odín. 

Afrodita solamente se quedó junto a ella, en total silencio mientras una tormenta se desataba mentalmente en Brunhilde.

La risa de Poseidón se sintió como la suave brisa marina al amanecer después de una noche de tormenta, Kojiro le miraba como quien aprecia una pintura majestuosa en un museo de arte

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La risa de Poseidón se sintió como la suave brisa marina al amanecer después de una noche de tormenta, Kojiro le miraba como quien aprecia una pintura majestuosa en un museo de arte.

Estaba idiotizado por esa deidad pero ciertamente ¿Cómo no estarlo cuando era perfecto en todo aspecto? Poseidón siempre estaba con él, yendo de un lado a otro, danzando sobre el agua de un lago divino, moviendo los pies con la gracia de una bailarina y manteniendo las gotas cristalinas flotantes a su alrededor.

Para Kojiro, Poseidón era algo similar a una flor nacida entre espinas y flores marchitas, algo tan bello que parece brillar con luz propia y ciertamente le cuesta creer que comparta raza con todos aquellos que planean exterminar a la humanidad.

Es un viernes por la tarde cuando Kojiro se encuentra frente al dichoso rubio, por su parte sostiene con ambas manos una katana de madera mientras por otro lado la misma niña de cabello probablemente teñido explica las reglas de ese juego o mejor dicho; de ese entrenamiento.

1. No lastimar gravemente al rival.

2. Nada de golpes bajos o ataques por la espalda.

3. No uso de habilidades mágicas.

Entonces el entrenamiento comenzó, las veces en las que termino en el suelo producto de uno que otro golpe dado por el rubió fueron incontables, pues ni tiempo le daba de analizarlo cuando el rubió ya lo tenía contra el suelo. Después de unas horas decidió tomarse un descanso.

Se sentó junto a Poseidón mientras que Geir se quedaba de pie explicando algunas cosas de valkyrie o sabrá que decía, simplemente parloteaba saltando de un lado a otro.

Escucho de nuevo la risa del dios del océano y se sintió tranquilo, quizás podría acostumbrase a esa rutina lejos de las peleas contra otros samuráis... Solo él junto al rubio y esa chiquilla de cabello teñido, como una familia.

Pues eso era parecido a tener una, ¿No? Ciertamente no lo sabía a ciencia cierta pues nunca tuvo una.

Pero se sintió tan relajado.

Tanto que se permitió recargarse contra el hombro de Poseidón, cerrando sus ojos para tomar una merecida siesta.

Seria así si no fuera por un movimiento brusco que realizó Poseidón al empujarlo a un lado. Estuvo apunto de reclamar cuando de pronto una lanza paso a centímetros de su rostro, clavandose en uno de los pilares del jardín y explotando en cientos de partículas que parecieron cuchillas, una logró rozar su costado. Al ritmo en el que jadeaba por la herida el pilar se derrumbaba sobre algunas desdichadas flores.

──¡ESTO ES EL COLMO ATHENEA! ───Poseidón se puso de pie de golpe, mirando a la castaña. Entre los brazos del rubio estaba Geir pues ante las cuchillas su primera reacción fue protegerla.

──¿Cuantas más advertencias tengo que darte? ¿Ahora te creés un adiestrador de simios? ───Respondió con frialdad la de ojos rojos, mirando con burla a Kojiro como si no fuera más que una mierda a sus pies, a su alrededor sobrevolaba Nike con sus bellas alas blancas, mirando con burla a todos sin excepción. ──Tío, no hagas esto tan difícil, deja de ayudar a esa valkiria y vuelve con tu raza... No quieres que te mate, ¿Verdad?

Athenea sonrió al notar la sangre brotando del blanco atuendo de Poseidón, una de sus cuchillas se había clavado en él, podía sentir el filo clavandose más en su carne. Apretó el puño y la cuchilla explotó en pequeñas partículas que solo hirieron más al dios.

──¡MALDITA PERRA! ───Entonces un golpe contra el rostro de Athenea logró desonrientarla. Kojiro estaba frente a ella sosteniendo la espada de madera mientras le miraba con genuino odio. ──¡¿Cómo te atreves a lastimar a Poseidón?! ¡¿Quién te creés?!

La respiración de Poseidón se detuvo al ver lo que sucedía.

Nike se rió burlona y le susurró algo a Athenea al oído.

Kojiro estaba jodido.


El final de JJK estuvo horrible

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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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