TOMARÉ EL RIESGO -Lewandowski + Gavi-

Tensión peligrosa.

Ambas almas que desconocidamente se sentían atraídas, no lograron concentrarse con exactitud para el calentamiento, para su buena suerte, nadie lo notó, aún así

¿por qué sus corazones se encontraban así de acelerados?

-Muy bien muchachos, ahora que han acabado el calentamiento, se van a dividir en dos partes, once cada equipo. -Ordenó Xavi levantando su voz mientras tomaba asiento y conversaba con un par de entrenadores de segunda división.

En eso de que todos los futbolistas del lugar se percataron de la orden de su entrenador, Gavi y Pedri se acercaron a la canastilla que se encontraba a un costado de la cancha.

Robert a lo largo observó como ambos menores iban caminando a tomar chalecos, no quería acercarse pero su alfa lo estaba obligando, sus puños se cerraron fuertemente y decidió acercarse cada ves más a la canasta, el objeto al que se dirigía el nene rubio.

Su respiración se volvía algo profunda y sus ojos lanzaban una mirada contemplativa, o quizás en ese momento se acercaba a una mirada más depravada, esto a causa de como el aroma del pequeño omega se desprendía casa vez más intenso.

-Ten Pedri, contigo jugando, tendremos mucha suerte.-Mencionó el omega ofreciéndole uno de los chalecos a su mejor amigo.

En cuanto volvió su cuerpito, una corriente de fuertes, crudas, prepotentes feromonas llenaron sus pulmones al igual que su subconsciente en un resuello al tomar otro chaleco con sus manitas agregando que en ese momento, el hombre de ojos garzos lo estaba sujetando con sus grandes y ásperas manos.

Aquel olor amargo puro, un tipo de vodka tradicional polaco que era acompañado con el aroma a los cigarrillos de tabaco, provocó al omega del más bajo, que sus piernas no tuvieran una buena estabilidad, soltó el chaleco en cual estaba sujetando y por último, mientras su cuerpo ahora se encontraba en un constante temblor, elevó su mirada al más alto mostrando su rostro con un leve rubor carnis, las lunas de miel en sus ojitos brillando y su boquita algo abierta debido a su respiración raramente alterada.

El polaco ya se encontraba observándolo con la misma mirada de hace un par de segundos, ni tan siquiera lo estaba pensando, pero sus feromonas salieron sin un previo aviso, su alfa interior trataba de manipular al omega, ya que los deseos tan impuros que llenaban su conciencia ya eran necesidades con tan solo las feromonas de Gavi, debido a que

su celo saldría a la luz a cualquier hora del día.

Su mirada seguía plantada en los ojos gatos del jugador español, la misma depravada mirada, sus grandes ganas de cazar a la presa más débil y pequeña de todos, la más exquisita...¿pero que estaba corriendo por su mente al mirar sus ojos de cachorro? Gran parte de su conciencia se puso en marcha tomando el chaleco que había tomado el menor para dejarlo en las manitas del menor, tomar otro y solo alejarse lo más que pudo tapando su nariz acompañado de un semblante serio en su rostro a pesar de este estar tornado completamente de rojo y sentir su calentura al tope, si hacia un pequeño recordatorio de su vida, jamás la había sucedido, pues jamás había convivido con un omega de su tipo, y por supuesto que su alfa puro era un peligro, estando tan cerca del pobre omega, ya temblaban sus grandes manos de tan solo pensar en que podría manejar su débil cuerpito a la perfección, solo ahora tenía una duda presente.

¿Por qué las feromonas del supuesto cachorro lo estaban tratando de seducir?

-Su olor, no sale de mi cabeza, cálmate, tan solo hace tres días no era legal, ¿que mierda me sucede?-se murmuraba a sí mismo sin dejar de alejarse ni querer voltear a observarlo.

Por otro lado, el omega tomó torpemente el chaleco del alfa polaco y al instante recibió un jalón de su mejor amigo.

-Gavi, ¿por qué tardaste tan-..?-Pedri rápidamente tapo su nariz al percibir aquel dulce aroma tan fuerte por primera vez, pues no quería aceptarlo pero su celo estaba cerca y lo sabía.-no importa...solo ponte eso, ¿si?-