𝟎𝟓. 𝐋𝐢𝐞 𝐭𝐨 𝐦𝐞 𝐚𝐧𝐝 𝐢 𝐰𝐢𝐥𝐥 𝐬𝐞𝐞 𝐭𝐡𝐞 𝐭𝐫𝐮𝐭𝐡

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             —Por donde empiezo, damas y caballeros —soltó con cierto sabor agridulce en la boca

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             —Por donde empiezo, damas y caballeros —soltó con cierto sabor agridulce en la boca. Sin pedir permiso se sentó en un sillón individual, siendo observada por todos—. Mi familia era originaria de Francia, hasta que un día a mi padre le empezó a ir bien en el trabajo y lo trasladaron a Gran Bretaña.

«Imagínense, plena industrialización Británica. Nosotros proveníamos de la pobreza francesa a pasar al mundo de las máquinas y los cubiertos de plata. Nos cegamos por lo que brillaba.

          —No fue hasta que mi padre murió de una de las famosas enfermedades de la época que comprendimos que pronto ya no tendríamos techo ni comida. Mis hermanos mayores comenzaron a trabajar de todo. Fábricas, puertos, casas de noble. Lo que encontrarán.

           «Mi madre no nos dejaba trabajar aún a mi hermana menor y a mi, éramos las más pequeñas. Como no trabajábamos no salíamos mucho y no conocíamos demasiado al pueblo. Nunca nos vimos llegar lo qué pasó.

         —Ellos se convirtieron en los jueves. Juzgaron todo lo qué pasó por sus ojos. Atemorizados por los recientes asesinatos sin explicación. Decidieron que mi familia era la culpable y debían encargarse de ello.

            Nadie entendía porque explicaba su propia historia. Pensaban que les iba a hablar sobre su don, no sobre su pasado. Igual la manera en la que la desconocida narraba todo era tan atrapan te, que pronto todos se vieron hipnotizados por sus palabras y no cuestionaron nada.

           —Quemaron nuestra casa, con nosotros adentro. Cuando me quise dar cuenta todo era humo, gritos y luces brillantes. Eso fueron lo último que vieron mis ojos. En mi desesperación me sostuve de un horno industrial que poseía mi casa. Mis lagrimas y el humo no me permitían ver lo que sucedía a mi alrededor. Pronto el fuego alcanzó el invento revolucionario y explotó.

        «Recuerdo las quemaduras en mis manos, quienes habían quedado inutilizables. Pero más que nada recuerdo el terrible dolor que sentí en mis ojos. Si mis manos no dolieran hasta por el simple roce del aire quizá me los hubiese arrancado, quien sabe. Lo que si se es que gracias a ese suceso perdí la vista, a mi familia y la vida.

        —Seguramente mi grito fue lo ultimo que escucho toda mi familia. Entre tropiezos y caídas logré salir de la casa en llamas, primero me lleve una ventana por delante que destruí con el propio peso de mi cuerpo. Luego de eso me estuve arrastrando por el bosque por lo que podrían ser un día, o quizá dos.

           «No podía ver nada ni guiarme con las manos a base del tacto, como normalmente lo hacen los ciegos. Me ayude simplemente de mis pies, aprendí a ver con ellos todo lo que mis manos y ojos me ocultaban. Aprendí a observar cosas imperceptibles para el ojo humano.

         —Ahora imagínense el cuadro: una chica andando sola por el bosque, ciega, con quemaduras importantes por todo el cuerpo, además de cristales atravesados por todos mis brazos que dejaban escapar la sangre por estos. A cualquier vampiro de la zona le atraería esa imagen tan peculiar de un humano con esas características aun caminando en la oscuridad.

𝐁𝐄𝐇𝐈𝐍𝐃 𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐄𝐍𝐒𝐄𝐒 | Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora