Winther Wonderland

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Fizzarolli se abrazó a sí mismo para contener el calor dentro de su cuerpo. Él se estremeció, rodeando su cintura con su propia cola, buscando mantenerla caliente contra el material de su chaqueta. Él hundió su rostro en su bufanda y miró el camino con determinación. Él podía hacer esto. Claro que podía. Solo era frío.

— ¿Estás listo, Fizzy?

Él sonrió ampliamente, estirándose hasta poder observar de cerca el rostro de Ozzie e hizo una pirueta en el aire, deteniéndose frente a él. Un copo de nieve cayó sobre su nariz y él estiró su lengua intentando atraparlo, pero sin lograrlo. Claro que podía ser jodidamente adorable aún en esas circunstancias. Ozzie rio, deslizando su pulgar sobre la pequeña gota que se formó. Eso valía la pena.

— Estoy listo. Vamos a congelar ese estrés.

Fizzarolli se forzó a caminar. Un paso a la vez. No era difícil. No es que detestase el invierno y él podía ver la estética que había alrededor de ellos. Todo el parque estaba cubierto de nieve, los árboles tenían preciosos colores cubiertos con capas de blanco que los hacía lucir fuera de este mundo. Fizzarolli le lanzó una mirada a Ozzie, notando lo emocionado que estaba de estar ahí y él sintió su sonrisa ampliarse mucho más. Él no creía haber visto una sonrisa como esa en Ozzie, tan suave y dulce, carente de cualquier malicia, picardía o burla. Así que tomó su mano y sonrió de lado al notar el sonrojo del poderoso Avatar de la Lujuria. Todo eso valía la pena. Un paso a la vez.

— Me alegra que me convencieras de dar un pequeño paseo. —Ozzie admitió, apretando suavemente su mano— Ese mes llega a ser tan agobiante y hay tantos demonios que prefieren distraerse con todo tipo de posibilidades que termino enterrado en trabajo y ni siquiera podemos cerrar los lunes. Claro, es bueno para el negocio, pero me absorbe tanto...

Asmodeus dejó caer sus hombros con resignación. Fizzarolli apoyó bien sus pies en lo que esperaba fuese suelo sólido y se estiró hasta apoyar su frente contra el hombro de Ozzie y le guiñó un ojo.

— No hay problema. —Él sonrió de lado— Me encanta tenerte para mí.

— Fizzy... —Ozzie desvió la mirada, pero sus otras dos cabezas sonrieron contentas.

— Llamen a la prensa, el magnífico Asmodeus fue avergonzado. —Fizzarolli rio— ¿Qué te gusta de este lugar?

— Oh, eso es bastante fácil...

Fizzarolli intentó distraerse con la voz del demonio. Asmodeus tenía la voz más bonita que él hubiese escuchado. Para él era su particular canto de sirenas, atrayente y mágico, rodeándolo en algo mágico y personal. Si Fizzarolli pudiese simplemente envolverse en ese magnífico sonido él sería un demonio feliz.

Claro, si sobrevivía ese maldito lugar.

Un paso.

Otro más.

Él miró sus piernas cubrirse en la nieve con cada paso y sus ojos se dirigieron hacia Ozzie quien no parecía tener dificultad con todo eso. Seguramente el Avatar de la Lujuria no sentía frío.

— Pereza es hermoso en esta época del año. —Ozzie observó a su alrededor, a cada árbol y arbusto de diferentes colores— Hay lugares como estos, que parecen salidos de un sueño magnífico y la nieve le da un aire mágico.

— Es hermoso. —Fizzarolli despegó su mirada del demonio y en su lugar observó la nieve caer.

Sí, eso también era hermoso.

— Fizzy ¿Estás bien? —Ozzie lo observó— Luces algo tenso.

— No estoy acostumbrado a caminar en nieve. —Él mintió— ¿Quieres hacer un muñeco de nieve? Creo que eso puedo hacerlo mejor.

Él me hace reírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora