Pequeño fuego

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Feliz Año Nuevo, gente linda!

Pequeño fuego

Wednesday Addams era una persona directa. Odiaba cuando la gente se perdía en vanas explicaciones en lugar de responder sus preguntas. Ella prefería contestaciones claras y concisas; así que hizo lo que cualquier persona en su lugar haría si Enid Sinclair decidía robarle un beso.

-Willa...¿que...

Acorraló a Enid contra la puerta de su habitación y clavó sus calculadores ojos en los azules de Sinclair en busca de respuestas. La loba le miraba confundida, con un sonrojo pintando sus mejillas. Addams odiaba los colores, pero Enid lucia adorable con aquel rojo adornándole el rostro.

- Me besaste en dos ocasiones.- sentenció Wednesday.

Enid guardó silencio, como si esperase que la joven Addams formulase una pregunta. Hacer preguntas nunca había sido un problema para ella. Addams odiaba quedarse con dudas así que las preguntas eran parte fundamental de sus investigaciones. Lamentablemente, en esos momentos, había cometido el error de clavar su vista en los labios de Enid.

- No me rechazaste en dos ocasiones.- debatió la loba.

La pelinegra guardó silencio mientras consideraba las palabras de Enid. Era cierto. No la había rechazado. Si cualquier otra persona intentaba acercársele tanto, Wednesday se hubiese apartado sin pensarlo.  

- No lo hice...- susurró Addams pensativa antes de girar sobre sus pasos y caminar en dirección a su lado de la habitación.

Necesitaba tiempo para meditar en aquella información. Enid Sinclair le parecía bonita, pero su personalidad era todo lo opuesto a atrayente, al menos, bajo los estándares de Wednesday.  Enid era alegre, risueña, optimista y romántica. Eran palabras que Wednesday utilizaría para describir a su personaje menos favorito en cualquier libro.

Sorprendentemente, era una de las personas que consideraba soportable en Nevermore.

-Tengo que pensar en ello.- declaró Wednesday sin darse la vuelta.

Escuchó a Enid moviéndose, y cuando miró de soslayo hacia la rubia, le vio entrando a su colorido nido. Nuevamente ese sentimiento cálido que tanto le confundía se instaló en su pecho. Enid siempre le concedía espacio cuando ella así lo requería; quizás ese era uno de los motivos por los cuales consideraba su presencia soportable.

La pregunta que no dejaba de rondar su cabeza era una muy sencilla y a la vez extremadamente complicada de responder. ¿Que sentía por Enid? La loba le parecía atractiva físicamente, pero muchos la consideraban atractiva, empezando por Eugene y acabando por Yoko. La diferencia radicaba en que Wednesday no solía conscientemente pensar en cuan atractiva era una persona.

La pelinegra se sentó en su cama lo más recta que pudo. Llevó ambas manos a su regazo, apoyándolas allí y clavando su penetrante mirada en el colorido nido donde Enid Sinclair se había arrojado. La rubia estaba boca abajo, mirando su celular y balanceando sus piernas con esa alegría que Wednesday solía detestar.

Ella sabía lo que era el deseo. Sus padres se deseaban con tal intensidad que observarles le había causado náuseas durante años. ¿Deseaba ella a Enid se esa manera? No estaba segura de ello. No podía imaginarse a si misma besando apasionadamente a la rubia. No podía siquiera imaginarse tocándole sin sentirse incómoda. La duda más grande en su cabeza se podía resumir en una pregunta.

¿Era ella capaz de desear a Enid Sinclair con la intensidad que ella merecía ser deseada?

(...)

 Melted Heart  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora