Sungmin abrió la boca para protestar, pero Kyuhyun se lo impidió con un largo y apasionado beso. Se estrechaba contra el de tal manera que Sungmin podía apreciar la poderosa fuerza de sus músculos, mientras era cada vez más prisionero de su abrazo.
Al lado de un hombre como él se sentía pequeño, frágil e infinitamente debil. A través de la delgada tela de su bluson podía sentir el calor que Kyuhyun irradiaba; le llegaba también su aroma haciéndolo experimentar un delicioso vértigo.
Sungmin suspiró, incapaz de contener una respuesta apasionada cuando Kyuhyun descendió por su cuello trazando un camino de besos ardientes.
Con una urgencia frenética, Kyuhyun empezó a desabrocharle los botones del bluson, dejando al descubierto la blanca suavidad de su pecho. Deslizó las manos y empezó a acariciarle los pezones haciendo que se irguieran de excitación.
Después, con un rápido y brusco movimiento, apartó las manos de sus pezones y le agarró el camisón.
—Quítatelo.
—¡No!
—¡Sí!
Pero antes de que Sungmin tuviera tiempo de reaccionar, se lo quitó y lo tiró al suelo. Sungmin se encogió al sentirse desnudo bajo la mirada centelleante de Kyuhyun. Instintivamente, levantó las manos para cubrir con ellas lo mas que alcanzaba a tapar. Empezó a protestar indignado, pero Kyuhyun lo acalló una vez más cubriéndole los labios con la mano y acariciándole luego las mejillas con una ternura inesperada.
—No luches contra mí, cariño —gruñó—. Ha pasado tanto tiempo... Demasiado tiempo... Déjame mirarte, tocarte como lo hacía antes...
Mientras hablaba, fue deslizando suavemente la mano por su pelo y sus hombros. Después, se apoderó de su mano y la alzó hasta sus labios. Con una lenta y provocativa sonrisa, introdujo uno de los dedos de Sungmin en su boca y lo lamió suavemente, haciendo que Sungmin temblara de emoción y deseo. Sungmin cerró los ojos estremecido. Siempre le había encantado sentir las manos de Kyuhyun en su espalda... y que le besara el lóbulo de la oreja como lo estaba haciendo en ese momento.
—¿De verdad quieres que pare? —musitó Kyuhyun; estaba tan cerca de él, que Sungmin podía sentir su aliento en la mejilla.
Se arqueó contra él y echó la cabeza hacia atrás. Su pecho chocaba contra el pecho de Kyuhyun de una forma insoportablemente excitante. Cada una de sus células parecía estar estremeciéndose y un calor durante mucho tiempo olvidado pulsaba en su interior. ¡Con cuánto intensidad lo deseaba! Todo su cuerpo parecía estar palpitando de anhelo y deseo; deseo que se intensificó cuando Kyuhyun lo empujó
bruscamente contra él, permitiéndole sentir la fuerza de su excitación, la húmeda y ardiente urgencia de su pasión.
—¿Quieres que me detenga? —repitió con voz seductora.
Sungmin advertía cierta burla en su voz, pero no le importó. En ese momento, lo único que le importaba era que Kyuhyun era su hombre, su marido, y que lo estaba estrechando en sus brazos. Sungmin lo necesitaba, lo amaba ciega y arrebatadoramente.
—¡Contéstame!
—No —repuso Sungmin con voz ahogada, y se desplomó contra él—. Maldito seas, sabes que no quiero que te detengas...
Kyuhyun sonrió con un destello de triunfo en la mirada. De pronto, con un rápido movimiento, lo levantó en brazos y permaneció mirándolo durante algunos segundos exultante por su victoria.
—Bueno —musitó con voz ronca—. Entonces, Sungmin, pienso disfrutar de ti hasta que tengas que suplicarme.
Sungmin se tensó. Era evidente que disfrutaba humillándolo, haciéndolo arrastrarse a sus pies. Lo odiaba con todas sus fuerzas, pero lo deseaba también con una intensidad que lo dejó apabullado. La luz anaranjada de la lámpara de noche realzaba cada uno de sus músculos y le daba a su pelo un tono rojizo. Enmarcado por aquella luz de fuego, con aquellos ojos centelleantes y los mechones despeinados parecía un hombre de las cavernas.
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DESEOS DE VENGANZA (ADAPTACION KYUMIN BY NURA)
RomanceArgumento: Sungmin había abandonado a su marido ocho años atrás, y al cabo de todo ese tiempo, Kyuhyun volvía dispuesto a vengarse de el. Sungmin se encontraba en una situación difícil. Su padre había dedicado su vida a levantar la compañía que el h...