Cronofobia [Thorki R+18] || Completa

Regresión II. Hay historias que no deben contarse

C R O N O F O B I A

Regresión II. Hay historias que no deben contarse

En los siguientes días, no hubo misiones nuevas que completar, por lo que Thor aprovechó su tiempo libre para ser más sociable con su equipo como le había aconsejado Wanda: salía con ellos a dar paseos, entrenaba con quienes podían aguantar el ritmo de su enérgica tormenta, contaba anécdotas de sus aventuras en su dimensión, e incluso había perdido el miedo a contarles la pelea contra Thanos, dejando a todos muy impresionados con su historia.

Naturalmente cruzaban pensamientos de soledad y él mismo intentaba mantener la compostura cada que él y Jonathan se cruzaban por algún pasillo de la torre Stark o las oficinas de S.H.I.E.L.D., porque, de cierta forma, quería pensar que su hermano era esa persona con traje elegante y sonrisa perlada. Odiaba admitir su debilidad por la barrera de antecedentes, que la realidad lo alcanzaba cuando creía haber encontrado la respuesta ante su necedad enfermiza de traer a Loki de vuelta.

¿Por qué lo quería de vuelta? ¿Acaso alguien lloraba su ausencia además de él?

Dioses.

Si tan solo supiera tomar el coraje, acercarse a Jonathan y decirle... ¿Qué cosa? ¿Un "vuelve, por favor. Te necesito", creyendo que mágicamente se convertiría en Loki?

Era absurdo sentirse tan diminuto a lado de alguien sarcástico y presumido, y aun así... Aun así...

—¿Estás bien, Ricitos?

La voz de Stark lo distrajo de su tren de pensamientos. Estaban en la sala de entrenamiento de simulación avanzada y el asgardiano no había movido un músculo durante todo el escenario pirotécnico, siendo derribado por un alienígena de rango inferior a la primera oportunidad.

Thor vio que Tony ofrecía su mano para que se levantara, mientras escuchaba a Fury hablar por el altavoz mientras detenían la simulación.

"¿Todo bien Thor?" preguntó Fury, mirando a través del cristal reflector.

Stark solo levantó el pulgar hacia arriba indicando que todo estaba controlado, mirando con detenimiento a su compañero, mientras Rogers y Bruce se acercaban también.

—Alguien está muy distraído hoy —observó Steve.

—Lo siento, chicos. No he dormido bien —se excusó Thor.

—Llevas días sin dormir bien —aclaró Bruce, ya que él era su compañero del cuarto conjunto. —Tienes pesadillas, ¿no?

—Estoy bien

—Las pesadillas nunca son un buen síntoma

—Hazle caso, es doctor —señaló Stark. —No es que me incumba, sé que eres muy cerrado en los asuntos emocionales Ricitos, pero toma en cuenta que si un miembro del equipo está teniendo un mal día, bueno, el resto lo percibe.

—Necesitas apoyo con algo, dinos. Somos amigos, ¿cierto? —insistió Rogers.

Thor los miró, pero no pudo articular palabra. Realmente el humor que traía estaba desfavorable para siquiera intentar comenzar a explicarles la decepción que sentía hacia sí mismo y la constante obsesión de mirar a Jonathan en silencio, como un acosador. A pesar de lo que Wanda había dicho noches atrás, ser abierto con el equipo era una cosa, pero encontrar a Loki sin-ser-Loki lo había quebrado. Y las pesadillas no habían parado tampoco.

Sin decir nada, caminó entre ellos para salir de la habitación.

Necesitaba un respiro.

Caminó por los pasillos para dirigirse a las duchas adjuntas. Dejó que el agua recorriera su cuerpo y ahí, en medio del gran eco de las baldosas, se permitió llorar una vez más y maldecirse a sí mismo. Estuvo varios minutos mirando cómo el canal de agua resbalada por sus pies hasta la coladera hasta que sus lágrimas terminaron de salir.