CAPITULO 8

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Una complicación

Pasaron algunas semanas, Después de que Laena fuera revisada por el maestre y se asegurara que todo estaba bien, partieron ella y Daemon.

Sara y su madre llegaron y se celebro su tercer onomástico, Rhaella la lleno de regalos que a la pequeña le encantaron y estaba muy feliz.

aún intentaba descifrar la visión, pues temía que alguien importante para ella sufriera el destino de los encapuchados de su visión.

- querida, como te sientes - dice Rickon al entrar en los aposentos y verla en una tina dándose un baño.
- cansada, aquí es donde tengo un poco de paz y comodidad - le sonríe.
- el agua está muy caliente casi hirviendo, se que ustedes resisten el calor, pero segura no te quema.
- no, apenas así estoy agusto porque nuestro bebé no deja de patear y moverse y eso aunque es lindo, también es muy agotador.
- quieres que llame a un maestre para que te dé algo.
- no, gracias nunca me han gustado los remedios, a Aemma solían darle algunos y olían horrible y ella hacia caras lo que me dice que saben peor.
- bueno, entonces creo que ya es hora de salir de esa tina, hay que ir a cenar.
- de acuerdo, me ayudas querido.
- claro - Rickon ayudo a su esposa a salir de la tina, la ayudo a secarse y a ponerse un vestido suelto.
- listo vamos a cenar, los niños ya nos esperan, querida.
- si vamos querido - engancho su brazo al de su esposo y se fueron al salón para cenar.
- mamá hola - Cregan se levanta y recorre una silla para Rhaella.
- hola mis pequeños.

Trajeron la comida y transcurrió normalmente hasta Rhaella comenzó a tener contracciones y fue llevada a sus aposentos cambiándole la ropa por un vestido para dar a luz.

Los gritos de la platinada se escuchaban por todo el lugar.

- Puje mi señora, vamos es hora - decia el maestre mientras se preparaba para recibir al bebé junto a las parteras, Eva y Rickon estaban a su lado tomando cada uno su mano.

Rhaella pujo y pujo y unos minutos después el llanto de un bebé se escuchó en los aposentos, llenando de alegría a los presentes.

- es un niño - el maestre le pasa al pequeño bebé a su mamá.
- es hermoso - los tres lo miraban con una sonrisa, pero Rhaella comenzó a sentir dolor de nuevo - toma al bebé.
Eva tomo al bebé, el maestre le dijo algo al oído a Rickon.
- dígalo en voz alta, yo soy la que está pariendo - mira mal al maestre.
- mi señora, viene otro bebé, pero este viene volteado, tendremos que hacer que gire antes o sería peligroso.
- y que pasa si no se puede voltear.
- podría nacer muerto o usted correría riesgo por la perdida de sangre.
Rhaella ya no pudo decir nada por la fuerte contracción que tuvo.
El maestre y las parteras le hicieron algunos movimientos en la panza para voltear al bebé por un rato.
- Aún no se voltea, mi señora tendrá que pararse a caminar un poco.
- como se va a poner a caminar en este estado, por los dioses - Rickon le dice al maestre.
- está bien, lo que sea para que nuestro bebé nazca bien - Rhaella se levanta con la ayuda de Rickon y Eva quien le dio el bebé a una nodriza y camina con mucho esfuerzo, afuera se escuchaban los rugidos de Drogon el cual sobrevolaba por arriba de la casa al sentir el estado de su jinete.

Después de un rato ella ya no pudo mantenerse de pie, la acostaron de nuevo y lograron voltear al bebé.

- ahora, mi señora puje - Rhaella con su última fuerza pujo y un segundo llanto se escuchó en el lugar.
- es una niña, mi señora - Rhaella sonrió pero cuando iban a acercarle a la bebé ella se desmayo.

El maestre y las parteras la revisaron y lograron que estuviera estable ahora ya solo quedaba esperar a que recuperará fuerza para despertar.

Los bebés nacieron sanos y fuertes un hermoso niño y una preciosa niña, ambos con los cabellos rubios de su padre pero con los ojos violetas de su madre, los pequeños Cregan y Rhaegor estaban felices con sus hermanitos, ayudaban a pasar las cosas que ocupaban para ellos.

El Dragon Negro (house of the dragon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora