CAPÍTULO 4

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Jimin estaba semi consciente, por lo cual, era capaz de sentir lo que ocurría a su alrededor; sin embargo, no podía reunir sus fuerzas para realizar ningún movimiento. Se encontraba aturdido, débil, con los músculos flácidos y sin ningún control de sí mismo; igual como si se hallara alto entre las nubes. Aquello, le hizo pensar que se trataba de un sueño.

En su ensoñación, todo a su alrededor era de un color rojo festivo. La llama de las velas en la habitación parpadeaba, iluminando todo el entorno un momento, para luego, oscurecerse, dejando el ambiente en penumbras. Fuera de la sala se escuchaban crujidos, fragmentos de conversaciones y el zumbido del viento; el cual hacía eco en las paredes, como si se tratase de miles de ratas escondidas en la oscuridad, lo bastante ruidosas como para provocarle un dolor de cabeza. De pronto, se escuchó el sonido de pasos ligeros acercándose. Acto seguido, la serie de conversaciones inconexas se extinguieron, devolviendo a la noche su silencio. El entrecejo de Jimin se relajó. Dentro de su mente, solo un pensamiento tuvo lugar: Finalmente podré dormir.

Por desgracia, aquel deseo no iba a poder realizarse.

La puerta de la recamara nupcial se abrió y alguien entró. Lo primero que se divisó fue una pierna endosando un zapato de tela negro con suela de color blanco, seguido de la silueta de un hombre de cuerpo alto y esbelto. El desconocido vestía un changpao de color rojo y sobre este, un cheongsam también de color rojo, adornado con bordados de motivos oscuros en los puños, el cuello y el dobladillo; lo que hacía lucir a la prenda delicada y elegante. Atuendo que hacía juego con el vestido nupcial que llevaba Jimin; las vestimentas del dragón y fénix del rito matrimonial.

Avanzó los pasos que le restaban para llegar donde descansaba Jimin para contemplar a su novia. Su espalda se hallaba contra la luz de las velas, por lo que, su rostro no era visible; no obstante, sus rasgos finos lo delataban como un hombre apuesto.

Jimin lucía delicado y hermoso con aquel vestido de fénix, la corona y el rostro maquillado de acuerdo a la tradición; convirtiéndolo, en una novia refinada.

El desconocido permaneció contemplándolo ensimismado, sin hacer un solo movimiento, hasta que el sonido del gong se escuchó afuera, señalando la segunda vigilia. Entonces, se giró y caminó hacia la mesa. Sobre esta se hallaba una botella de vino y dos copas, las cuales llenó las copas y llevó hacia el lecho. Las depositó sobre la mesita de noche, ayudó a Jimin a apoyarse contra el respaldo e hizo que sostuviera una de ellas. Luego, él mismo hizo el gesto de las copas nupciales; de ese modo, el oscuro y misterioso rostro quedó expuesto a la luz de las velas, revelando que se trataba del fantasma que lo había acompañado durante el viaje hacia pueblo. La mirada de este estaba fija en los ojos entrecerrados de su novia.

Entonces, inclinándose cerca del oído del muchacho, susurró:



—Jimin, Minmin, ¿me recuerdas? Dime.



El aludido, exhaló un suspiro cansado y alejó su cabeza con un poco de incomodidad. Solo quería que lo dejaran dormir.

Al verlo así, el hombre dejó escapar una risa, en la que se pudo percibir su cariño e indulgencia.



—Muy bien. Para empezar, no me conocías... —De pronto, la tolerancia y regocijo en su rostro se convirtió en una expresión sombría y fría—. Pero ahora estamos casados, así que, debes reconocerme. Memoriza mi nombre, Minmin, soy Min Yoongi, el hermano mayor de Min Moonbyul: Min Yoongi.



La voz parecía llevar consigo magia hipnótica, ordenando a Jimin que memorizara aquel nombre; demandando que lo grabara en lo profundo de su corazón, para nunca olvidarlo, ni siquiera tras su muerte.



MATRIMONIO FANTASMA (ADAPTACIÓN YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora