Plata y Luna Azul

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Pasaban de las 7:00 cuando los dos esqueletos de obscuros huesos salieron del castillo. Las pesuñas de los caballos entre las calles de la ciudad capital. Las ruedas de las carretas se chocaban con pequeñas rocas que sobresalían del suelo y seguían el camino que los caballos marcaban. La gente se detenía para darles un saludos o una pequeña reverencia. El viento chocaba contra sus cráneos mientras recorrían a gran velocidad todo el lugar.

Poco a poco la gente, las casas, se fueron reduciendo en cantidad, alejándose cada ves más del corazón de la ciudad y de el castillo por igual, viendo en su camino cada vez menos personas y cada vez más de los colores de la naturaleza pasar por su camino.

El sol empezó a alejarse tras unas montañas despidiéndose con unos últimos rayo de luz naranja brillante para darle paso a los rayos de luz plata de la luna.

—¿Cuanto falta?—preguntó con cansancio Error.

—Falta poco—poco respondió la pesadilla.

Pasaron otros tres minutos antes de que el glitch volviera a hacer la misma pregunta.

—¿Ya llegamos?

—Aún falta un poco.

Otros tres minutos

—¿Ya llegamos?

—...—soltó un suspiro cansado—cinco minutos.

Pasaron cinco minutos

—¿Ya llega...?—fue interrumpido antes de que siquiera pudiera completar su pregunta.

—¡Si Error, ya llegamos!—ambos descendieron de sus caballos y caminaron un par de pasos para llegar a un gran y extenso lago.

Los ojos de Error parecieron brillar en el reflejo del lago. La extensión de aguas brillantes y resplandecientes parecían volverse un gran y extenso espejo, todo se reflejaba en su superficie, por lo que era imposible el intentar decir cual era la profundidad del lago. En todo lo que era el lago y su alrededor se podían encontrar gran cantidad de flores, unas plateadas y otras de un tono ligeramente azul que se reflejaban de forma perfecta en el agua. Por una razón era que le habían dado su nombre:

—El Lago Espejo—dijimos pesadilla viendo el asombro que se posaba en el reflejo del lago, el reflejo de Error.

—Es...—hizo una corta pausa en su comentario—hermoso. Parece que puedo tocar la luna desde aqui—dijo estirando su mano tratando de alcanzar la parte del lago en la cual se podía ver con su granluz el resplandor de la luna.

—Es cierto—dijo imitando las acciones contrarias, obviamente sin exito—Bueno,de todos modos vamos a tener que meternos al lago.

—¿Que?—pregunto desconcertado el de glitches.

—Sup ¿Ves esas flores que están por todo el lago?—dijo señalando la inmensidad del lago, recibiendo un asentimiento como respuesta afirmativa— Esos son los lirios de luna azul.

—¿Por eso es que me dijiste que trajera una ropa extra?—solo se río cuando recibió un asentimiento afirmativo.

Primero se encargaron de recoger todas las flores que pudieron cargar, una carreta, y algunos cuantos lirios de luna azul que pudieron encontrar cerca de la orilla que apenas dieron para llenar una pequeña esquina de la carreta

Luego se volvieron a dirigir a la orilla del lago lentamente adentrándose en las aguas cristalinas. Se vieron el uno al otro cuando el agua helada del lago espejo empezó a cubrirles las rodillas, luego la espuna hasta llegar a sus omóplatos.

—Esta helada—dijo entre ligeros golpeteos que se producían el constante choque entre sus huesos

Empezaron a recolectar las plantas haciendo varios viajes a la orilla, a la carretera y de nuevo al agua hasta que llevaron al corazón del lago donde se encontraba el resplandor del reflejo de la luna en el agua.

Después de La Guerra<Nighterror>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora