Después de La Guerra<Nighterror>

Nada

(nota de la autora: lamento el dejarlos tanto tiempo sin capitulo, esque estuve ocupada con la escuela, pero intentare publicar rapido, para compensarles que estuve un poco inactiva en febrero... AUNQUE AY PERSONAS QUE ACTUALIZAN UNA VEZ AL MES!!  pero bueno, a mi nome gusta estar inactiva asi que bueno, me despido, jugo fuera)

En el castillo se notaba el aura sombría, más que de costumbre. Los pasillos quietos antes llenos de los sirvientes estaban muy quietos y silenciosos desde la desaparicion del principe. La reina se encontraba encerrada intentado dirigir un reino desde el cuarto del trono, solo hablaba con unas pocas personas, como su asistente y animador, Ink. El principe no se encontraba en una mejor poscicion, unicamente acercandose a la misma persona que su madre, ink. 

Si, el mismo esqueleto, de alguna u otra forma, estaba logrando mantener a flote emocionalmente a la pequeña familia, pues ambos integrantes descargaban todas sus desgracias y tristezas y de alguna forma que ninguno de los dos entendia, feliz.

Ech hoffen dir genéisst et

El esqueleto de ojos cambiantes estaba comiendo tranquilamente, y muy solo, pues los otros integrantes de la familia real, la reina y el principe, Joku y Dream, estaban, como los  dos dias anteriores, encerrados, solos. Estaba triste, tras usar una ligera gota de aquel vial azul, por las personas integrantes de lafamilia real, pues ambas personas se encontraban en un no muy buen estado emcional.

Una sonrisa en su rostro fue lo que se poso en su rostro al ver entrar a la reina, se le notaban las grandes ojeras, como si no hubiera dormido nada, al igual que los ojos rojos, una fucion de la falta de sueño y el llorar, se le notaba un poco demacrad, con el pelo echo un nido de pajaro, con el pelo enmarañado, y una postura un poco encorbada, pero si no contamos con eso, se encontraba muy bien.

—Mi reina—se le acerco haciendo una reverencia—Buenos dias, me alegro de que su estado mejorara. 

—Buenos dia Ink. Yo tambien—hablo la reina.

—Se que esta no es la mejor bienvenid, pero queria informarle de primera mano que hemos estado intentado hubicar al principe Nightmare, al igual que al capitan Error, al igual que hemos puesto al comando de la guardia real al guardia Papyrus y Swap, han echo un buen trabajo los dos juntos, pero quisiera que guiara que es lo que haremos en la busqueda de su hijo. ¿Que tal si mandamos a los guardias?¿Junto con los soldados?¿Enviaremos un grupo de busqueda?¡¿O que tal si...?! 

—No

—¿...Que?¿A que se refiere mi reina?

—No... no vamos a hacer nada. No quiero que manden a nadie a buscar a nadie. Notifiquen a las ciudades, pero nadie va ir a buscarlos. No podemos arriesgarnos a tener guardia afuera si es que existe la probabilidad de que se ocasione un ataque.

El joven esqueleto tardo en asimilar lo que decia su reina, pero no habia nada que pudiera hacer, ademas de que tenia razon, tenian que estar preparados para un ataque por parte de Dreyland—...Entendido mi reina, hare que notifiquen a todas las ciudades por si saben algo, los pueblos y ciudades vecinas ya estan informados en caso de que ellos sepan algo.

—Esta bien, gracias por entender Ink.

Tras despedirse de la reina decidio llevarle algo de comida a su amigo de ropas amarillas, pues probabliemente despues de su encieero voluntario estaria hambriento, tambien se preparo para darle la noticia de que no se haria nada por la busque de su hermano y su amigo.

Toco la puerta con suviadad para ser resivido por el desarreglado pricipe, que no estaba mejor que su progenitora.

—Te traje comida.

Ech hoffen dir genéisst et

 Mientras tanto con los dos escapistas. Estos se encontraban casi llegando a Ermika, una ciudad muy grande y poblada. Esperaban con toda su alma que nadie los notara, pero por su apariencia eso seria casi que imposible, pero necesitaban comida.

—¿De verdad crees que podreemos hacer esto, Error?—pregunto la pesadilla moviendo sus tentaculos de forma anciosa.

—La verdad es que... no lo se, tengo miedo de que nos descubran—admitio temerosamente el capitam

—Yo tambien.

Ambos se miraron con duda en sus rostros.

—Vamos.