INTRODUCCIÓN:

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—Uy, mamacita.

—Ven, vamos a un lugar.

—Estas muy chula.

—Esas piernas se antojan.

—Eres hermosa.

—Ven, te voy a hacer mujer.

"Mujer", repite Katsuki en su mente, por qué querría ser mujer, si para su desgracia ya lo es.

Pasa desapercibido por las calles del vecindario evadiendo los chiflidos y comentarios de hombres y calenturientos adolescentes que hacen los mismos comentarios desagradables del día a día.

Se siente asqueada ante la situación, incluso, puede escuchar por detrás los pasos de alguien aproximándose. Mira de reojo confirmando la presencia de una silueta detrás suyo.

Ella respira hondo intentando mantener la calma. Espera que, al doblar la esquina, por mínimo, tomar unos segundos de ventaja para correr y llegar más rápido, sólo espera que la comida "a domicilio" no caiga en el intento. Pero antes de que pueda simplemente tomar el aire, se estrella con otra figura que casi le dobla la estatura y siente el frío del pavimento pasar a través de sus sandalias.

—¡Kacchan!

—Ay, idiota —dice para golpear el hombro del hombre frente suyo—. Me asustaste.

—No me culpes, vi que tardaste, me preocupé y salí a buscarte.

Antes de responder, regresa la mirada hacia atrás, encontrándose con nadie.

—¿Pasó algo? —cuestiona el hombre.

—No, simplemente el chico de domicilio llego a otra dirección, así que salí a buscarlo.

Responde, acertando en la calma del hombre. Cruza la calle y regresa a la casa donde está pasando unas buenas minivacaciones junto a Izuku, un antiguo amigo de infancia y amante.

(...)

—¿Quieres platicarme lo que pasó?

—¿Por qué insinúas que sucedió algo? —re cuestiona Katsuki sin mirarle a los ojos.

—Porque estas estrujando tu boyo como si fuera una pelota antiestrés. Kacchan, de verdad si pasó algo, dímelo. 

No hay comentarios al respecto, Katsuki continua con su degustación sin prestar atención al hombre.

Es entonces, cuando Izuku cae en cuenta que algo realmente sucedió, lamentablemente, Katsuki es testaruda. Así que prosigue con el cuestionamiento, le preocupa Katsuki.

—Anda, platícame.

—Pues lo de siempre, Izuku —responde—. Había hombres diciéndome estupideces. Lo normal.

—Deja de decir que es normal, bien sabes que no lo es, además, ¿por qué no me dijiste? Podía haber...

—¿Qué ibas hacer? ¿llegar y reprenderlos con las leyes y penalizaciones por acoso? El mundo es jodido, no importa cuantas leyes pongan, los hombres siempre actuaran con su jodida polla.

—Lo siento —habla Izuku después de un silencio corto—. Fue mi error por no mandar la dirección correcta, si vuelve a suceder, esta vez yo te acompañare.

—Tonto, no necesito tu compañía, puedo cuidarme sola.

Esta vez Katsuki es quien cambia el ambiente minimizando su antigua situación. Come, con un poco más de energía sus vegetales, mirando al hombre frente suyo que le mira con una ceja enarcada. Es entonces cuando Katsuki rueda los ojos, limpia su boca y habla:

MUJER  /ᴰᴱᴷᵁᴮᴬᴷᵁᶠᴱᴹ/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora