CAPÍTULO 1:

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No me siento como alguien amado, es mas, estoy siendo utilizado

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No me siento como alguien amado, es mas, estoy siendo utilizado. Y mi mente es idiota, porque a pesar de ya saberlo, me engaño pensando que soy amado, que soy querido, requerido y añorado por Kacchan.

Sigo con la constante lucha de inducirme al pensamiento que, dentro de esa mujer con cuerpo envidiable y cara angelical (quien justo ahora me la está mamando como si no hubiera mañana), siente algo por mí, fuera de la lujuria y morbosidad.

Pero al carajo con la razón y sentido común. Me encanta.

Me encanta verla sobre mí, me encanta cada que me seduce con su mirada, su cuerpo, su forma de ser, su hablar...

—Izuku...

Escuchar esa temblorosa voz me hace sentir querido. Quiero más de una buena sesión de fornicación para escuchar esos jadeos sobre mi oído. Quiero delirar, caer en un limbo a causa de: las curvas que forman su cintura y caderas, de sus piernas junto a sus glúteos que en conjunto a su caminar le dan la perfecta definición a la sensualidad, de sus manos suaves que hacen adormecer mis sentidos dejándome a su completa merced, de esos finos y suaves labios color carmín que pronuncian cada insulto, que suelta cada gemido acompañado de mi nombre, esos son los labios que siempre anhelo besar con lujuria, pero... me lleno con esos ojos hermosos, color rojo brillante que me recuerdan a la sangre. Todo en ella es suficiente para hacerme caer en un descontrol fulminante, la adoro tanto y quiero tenerla junto a mi para poder saciarme de ella, tener el mínimo contacto que haga crecer mi cariño, hacia esta mujer con quien soy capaz de hacer todo.

—Izuku.

Quisiera que sus oídos fuesen capaces de escuchar los acelerados latidos que crea mi corazón cada que pronuncia mi nombre.

—¿Sucede algo nerd?

—No nada —miento, porque la verdad, quisiera decirle todo lo que pienso.

En cambio, prefiero tomarle delicadamente de su rostro limpiando el fluido blanquecino que resbala de su comisura.

—Te pusiste muy blando de repente, ¿estás seguro?

—Sí —respondo nuevamente mintiendo.

Si tan sólo me dejara tenerla como algo más que una mujer con la cual paso noches de sexo... Aunque de ser así, tendría mucho que perder.

Con tacto le tomo por las muñecas, tirando de ellas para subirle a mi regazo. Ella con una risita lleva mi miembro a su estrecha entrada.

Hoy en específico siento la iniciativa que mantiene.

Ayer parecía alterada después de recoger la comida domicilio, durante la cena comía con la mirada perdida y molesta. Ya me encontraba en alerta ante lo que pudo haber sucedido, pero lo que me alarmó por completo fue cuando, mientras metía mi lengua en su cosita, de la nada dejo de guiarme y acariciar mi cabello, y en cuanto le mire, ella se encontraba con los ojos aguados y el entrecejo decaído, terminando, lastimosamente, llorando como por media hora, puesto que, después de dicho tiempo, se encontraba dormida en mi pecho con lágrimas secas sobre sus mejillas.

MUJER  /ᴰᴱᴷᵁᴮᴬᴷᵁᶠᴱᴹ/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora