CAPÍTULO 10:

25 4 1
                                    

La mayor parte del tiempo me pregunto sí, éste tipo y yo fuimos una pareja real, porque todo se siente tan diferente a cuando estoy con el otro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La mayor parte del tiempo me pregunto sí, éste tipo y yo fuimos una pareja real, porque todo se siente tan diferente a cuando estoy con el otro. Es como si fuese menos emocionante, vacío.

Volteo para encarar a Eijiro pues lleva cinco minutos mirándome directamente.

—Tengamos un momento de realidad, así que ódiame por lo que hice. Detéstame, tanto que no puedas verme ni olerme a kilómetros. ¡Haz algo, no solo te me quedes mirando!

—No puedo —responde con el tono tan apaciguado.

—Ay. Deja de actuar así ¡cagame! No creo que estés muy contento o alegre tras mirar las pendejas fotos. ¡Estuve con otro, Eijiro! ¿Si lo captas?

—Deja de gritarme Katsuki. No puedo hacer mucho cuando lo único que haces es gritarme.

—¡Haz lo mismo: reclámame, regáñame!

No soy un ser de masoquismo directo, soy directa al menos cuando quiero respuestas bien estructuradas, como ahora. No es posible que actúe con tanta calma y serenidad, no ante el cinismo de mis palabras al querer las respuestas.

—Tuviste razones para hacerlo y lo entiendo.

—Ya, sin juegos.

—Katsuki. Lo que menos quiero es terminar como si tuviésemos treinta años de matrimonio y cinco hijos aún dependientes de nosotros. Esto podría sucederle a cualquiera de los dos. No es que normalice la traición ¿cierto? Procuro entender la situación: nos vemos un mes al año, nos conocemos hace años y no hubo muchas experiencias de por medio en este ámbito, entonces la tentación es válida. Y el tipo se ve muy guapo.

—Es guapo —corrijo. Este momento no es tan exhaustivo como pensé—. Pensé que reaccionarías de diferente manera. Esperaba que me golpearas o tomaras a la fuerza.

—¿Bromeas, verdad?

—No —respondí sincera. Este tipo abre los ojos para luego sonreír y acercarse para abrazarme.

Ay, como me choca cuando hace eso. Soltar su risita y el suspiro de "no estoy de acuerdo, pero da risa", esa maldita aura de: Katsuki estás loquita. Es lo que más podría, y me da, rabia.

—No eres de mi propiedad Kats. Prefiero arreglar esto correctamente antes de terminar mal contigo. Mira —me separa—, aun somos jóvenes, tenemos vida aún por delante, entonces, esto es equis, prefiero verte feliz. Prefiero, ahora, mil veces que me cuentes todo lo qué pasó a reclamarte.

Tan inesperado el suceso.

—No sé qué se siente peor. Uno: saber que te enteraste por fotografías o dos: ver que todo esto se arreglara con comunicación de forma pasiva y sana. Es tétrico.

—Si lo pintas así por supuesto que lo sonará.

—¡Así es! Me prepare mucho mentalmente para que al final no me hagas tomar la responsabilidad.

MUJER  /ᴰᴱᴷᵁᴮᴬᴷᵁᶠᴱᴹ/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora