CAPÍTULO 5:

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A mi no me gusta el sexo, a mi me gusta la persona que sabe tener sexo

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A mi no me gusta el sexo, a mi me gusta la persona que sabe tener sexo. E Izuku me gusta por saber llevarme al delirio en el sexo.

Todo inicia lento, con caricias y roses, es sensacional no ser atrabancado y sentir todas esas sensaciones que poco a poco te van tomando; sentir el hormigueo en tu cuerpo, el revoltijo en tu abdomen, el movimiento involuntario de tus caderas para sentir un poco más de acción en tu parte baja, incluso sentir como comienza a descender ese fluido que te empapa. Mientras, el otro comienza a preparar esa rica y regordeta polla que poco a poco comienza a entrar dentro de ti.

—Estoy dentro.

—No hay necesidad de que avises, puedo sentirte dentro de mi útero.

—Eso no es posible.

Que manera de arruinar mi momento erótico.

—Muévete mejor.

Los movimientos son lentos, puedo ver y sentir su mirada en donde justamente me está penetrando tan rico, tan lento, tan apasionado y tan delicioso. Su piel choca con más frecuencia y sus manos me toman en diferentes sesiones, me folla con las manos en mis caderas, cintura, terminando en estrujar y masajear mis maravillosos senos, sintiendo ese rico y glorioso placer en mi punto.

A la mierda. Como me gusta que me tome de mis preciosas sensibles, me gusta escuchar ese sonido tan lascivo de cuando nuestras pieles chocan, es ta~n existente. Y por si fuera poco, los gruñidos de Izuku me hacen embriagarme en la situación, pensando en que lo estoy haciendo bien, incluso si no estoy haciendo nada. Por eso, no dudo ni ahogo mis gemidos que son como canto de ángeles cada que esa rica polla roza mi punto.

—Mi polla crece con tu melódicos gemidos.

¿Pésimo halago? Sí, pero me hizo sonreír.

—Déjame montarte —pido.

Izuku ríe, bajando su cabeza a mi pecho chupando mis senos, sus manos descienden a mis piernas y las sube. Probablemente las lleve a sus hombros, pero no, las pasa de largo, casi doblándome a la mitad.

—Primero, mira como te follo en primer plano.

No sabía que tanta flexibilidad podría ser tan necesaria en el sexo. Estoy viendo cara a cara una polla entrando en mi...por primera vez, veo como mi parte se acopla a ese trozo de carne... ¿eso es normal.... que mi vagina se expanda tanto?

—Izuku...

—Apriétame tanto como puedas.

—Quítate.

Izuku no duda en retirarse de inmediato, dejando caer mis piernas. Duele, me duele y no precisamente la vagina.

—¿Te lastime?

—No, es que era un poco incómodo.

(...)

Los rayos de sol llegan a mi ojos, avisando que el atardecer está sucediendo. De cualquier modo, yo me niego a despertar de la dichosa siesta que estoy tomando.

MUJER  /ᴰᴱᴷᵁᴮᴬᴷᵁᶠᴱᴹ/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora