Se despertó y volvió al mismo lugar, la casa arruinada, sólo que ya no estaba el cuerpo de Masker ni la presencia del encapuchado. Sin embargo, estaba su túnica en el suelo.
Por ello, Killari acercó la túnica y la tomó... Mala idea, el olor llegó al olfato de la joven y olía a excrementos de cualquier animal. Inmediatamente lo tiró al suelo.
— ¡Puaj! ¿Pero ese no se ha bañado en su vida?
Agotada, pero a la vez con energía y miró al cielo gris y despejada solo que ahora había una luna creciente de color blanco que poco a poco de llenaba para ser una luna llena. Volteó hacia la túnica, apareció la espada para tomarlo cortándolo solo la capucha y guardarlo en su bolsillo trasero.
— No me puedo creer lo que he hecho... Realmente estoy hablando sola.
Killari bajó la cabeza apenada y sacó la moneda que recibió por parte de Masker, que lo volteó y giró al aire un par de veces. Hasta que se quedó al aire volando sin dejar caer en la mano de la joven.
— ¿Eh?
La moneda se convirtió en una esfera blanca y brillante que sorprendió a Killari. Justo cuando se acercó, la esfera rodeaba a ella como si buscará algo hasta detenerse y se alejaba de ella lentamente. Sentía que debía ir detrás de ella, que la llevaría un camino como si a Caronan hubiese gustado tomar su lugar para guiarla.
Durante un largo camino llevándola afueras de la casa de cartón en escombros, un descampado que solo había poca vegetación y todo era de color gris, que la única llamativa solo podría ser la luna creciente. La incomodidad por parte de la joven que sentía al caminar mucho tiempo.
— Nunca había caminado tanto tiempo, ni en educación física corriendo por el alrededor del instituto me cansaban...
De repente la esfera se detuvo, haciendo que la joven deje de caminar estando a su lado. Había 7 caminos delante de ella, la esfera parpadeó dos veces de su brillo.
— ¿Pretendes que decida yo el camino? ¿Cualquier camino me llevará a un lugar?
La esfera empezó a brillar de forma intensa hasta parecía empujarla golpeándola, como si quisiera que dijera algo más.
— ¡Ay, para! ¡Mira esferita mágica, si no querías que decidiera el camino entonces para qué te detienes! Te necesito como si fueras mi mapa para que me guíes a los otros como Masker para eliminarlos.
De repente la esfera tomó el camino del medio, como si Killari le hubiera dado información que quería que dijese. Aún así la joven no se quedó satisfecha hasta tener cierta duda hacia esa esfera, pensó si estuviesen sus amigos: Saika, Royer, Álex, Celina y Kolan... "¿Kolan?" ese nombre se resonó en sus pensamientos. ¿Quién era Kolan? No conocía a ninguno que tuviera ese nombre.
En este camino conducía a un bosque que parece ser de los que se pueden perder fácilmente. La esfera se adentra y la joven iba a entrar pero un gritó de auxilio sonó en el lejano la detuvo, volteó hacia la dirección de aquella voz, luego al camino donde estaba la esfera que parecía no esperarla.
— ¿Y ahora qué hago?...
La conciencia de la joven sentía que debía ayudarla, entonces decidió separarla de la esfera y seguir a aquella voz. Estaba cerca del bosque, había una roca gigante que en ella había una niña muy pequeña que cubría su rostro con las manos, alrededor de ella, unas muñecas de tamaño humano mal formadas con jorobas y mal cosidas por todo su cuerpo además de no tener ojos, solo tenía una boca cosida en sus rostros que recordaba a Masker y una sola cola despeinada en su cabello.
ESTÁS LEYENDO
Último Sueño de la Vida
Mystery / ThrillerLa vida cotidiana de una chica amnésica de 15 años llamada Killari Sorian que vive pacíficamente. Un día de estos, la joven regresa a su casa y algo está fuera de lo normal al ser trasladada a otro mundo donde hay ciertas criaturas extrañas y espel...