Capítulo 5: "Recuperar lo perdido"

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¡Soy yo, Kolan Starkey, tu mejor amigo!

Killari le miró detenidamente, fijó primero en su aspecto con más detalles. Tiene la esclerótica de color negro y sus grandes pupilas eran de blancos que parecía no tener iris en sus ojos, su hocico le parecía como la de un cachorro y sus orejas son algo grandes. Pensó que podría ser un perro perfectamente, pero tenía rasgos muy similares al de un lobo.

— ¿Recuerdas que me pusiste "Starkey"? Sólo porque decías que yo era-...— es interrumpido cuando vio la mano de la joven alzar.

— Lo siento Kolan, fue casualidad que haya acertado tu nombre— dio una palmada en su hombro con una sonrisa— Pero no soy Killari que conoces y gracias de nuevo por la ayuda.

— ¿¡Eeh?!— el cánido la miró perplejo como si no esperaba la respuesta— ¿Y por qué te sorprendiste que te llamase por tu nombre?

— Porque suelo ser bromista, en realidad sí soy una simia y he podido engañar de que soy una humana— imita al de un chillido de un mono y se fue alejando.

— ¿Pero qué...?

Antes de que desapareciera de la vista del cánido, además de dejarle confundido, Killari le miró por última vez que se encontraba con su mirada, en su interior sentía extrañeza. Sin embargo, creía que por el simple acto de bondad que la hizo tranquilizar no es confiable, por haber vivido esa sensación por tres confianzas fallidas: Masker, Caronan y Doll-Anne, creía que estaba sola.

Explorando por las zonas, una tienda que parecía una de antigüedades que la joven pensó que tendría un mapa incluso si fuese antigua. Decidió entrar y tomó en cuenta un letrero que advertía que no podrían intercambiar nombres por asuntos personales.

— Ay, socorrito, suena feo... Pero es la tienda más probable en que lo tenga— mostró decaída.

Al abrir la puerta sonó la campana que estaba colgada cerca de la puerta.

Un dragón con plumajes negros salió de su escondite, es bastante grande que casi alcanzaba a dos metros y tenía una camiseta blanco sin mangas con cremallera en medio. Tenía el rostro antipático y los brazos cruzados, unas alas que tenían leves brillos suaves.

La joven exploró primero los objetos que hay en la tienda: copas de oro, cuadros con marcos hechos de diamantes, incluso una mesa que parece estar hecha de plata, entre otros objetos con piedras bonitas. Pero ningún objeto le interesaba, sólo quería el mapa. Entonces tuvo que recurrir al mostrador sin ganas, el rostro resignado del dragón mostró que tampoco tenía ganas de atenderla al poner los ojos en blanco.

— Hola... Quisiera saber si tienes un objeto que busco.

— Sea lo que sea, te costará una gran fortuna— la miró con desdén.

— ¡Pero...! ¡Ni siquiera sabes lo que quiero!— indignó— Y es muy importante para mí, poder ir de viaje nuevamente.

— ¿Ah sí? Eso no es mi problema, pero ahora te costará el doble de la dicha fortuna— soltó una risa falsa mientras apoyaba contra la pared.

— ¿Será posible? Así perderás clientes...

Antes de que pudiera decir algo más, por la altura del dragón, a su lado había un marco que dentro de ella había una especie de tela que tenía un dibujo de una princesa con armadura vieja. Era el envoltorio que tuvo uno de sus recuerdos cuando lo ofreció al polluelo y por un momento miró al dragón en boquiabierta.

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2023 ⏰

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