Granger → taekook (TERMINADA)

34

1982 

No era una gran sorpresa que Jimin y Jungkook estuviesen juntos en las noches donde se celebraran eventos importantes en la casa de los Jeon. Todos los Park estaban invitados siempre cordialmente a los eventos y el par nunca se despegaba ni para el baño. 

No obstante, parecía ser que Jimin estaba prácticamente huyendo de Jungkook aquella noche. Desde que llegó, tan solo lo saludó y fue a hablar con las demás personas que habían en el lugar. Un poco confundido de la actitud de su mejor amigo, lo dejó pasar. En el segundo intento por acercarse a él luego de quedar solo, falló. Jimin se excusó con que iba al baño y eso prendió su alarma inmediatamente. 

¿Había hecho o dicho algo? Porque si volvía atrás en su memoria, él no había causado ningún problema. 

—Yuna —Jungkook le llamó a la chica que hablaba con algunas de sus primas. Esta, al ver que se trataba de Jungkook, dejó el vaso de bebida en la mesa de inmediato poniéndose de pie y apartándose un poco de la multitud para escucharlo mejor. 

—Ay, Jungkook. Hola, ¿necesitas algo?

—Hola, sí —le sonrió bonito—. Busco a Jimin, estaba aquí pero fue al baño y lo perdí de vista. ¿Sabes dónde está o si...algo le pasó?

Yuna frunció el ceño ante lo dicho mirando con duda a Jungkook. Jimin confiaba mucho más en su mejor amigo que en su propia hermana, ¿cómo iba a saber ella algo?

—No tengo idea en realidad —se lamentó—. Si tú no sabes qué le pasó entonces menos yo. ¿Ocurrió algo? —preguntó curiosa ante el hecho. Le parecía raro que ambos no estuviesen juntos.

—No, nada —se negó de inmediato—. Parece que le dolía la panza, nada más. Me retiro —se despidió, iba a marcharse pero una mano se posó directo en su brazo impidiendo que avanzara. 

Jungkook miró curioso el acto de la chica rubia pero se detuvo volviendo a ponerse frente a ella. 

—Jungkook, quería hablar contigo un poco de hecho pero no te había visto en toda la noche—jugando con la punta de su vestido demostrando nerviosismo brotar por sus poros intentó mantener la vista fija en los redondos ojos que tanto le encantaban. 

—Claro, dime. 

—La verdad es que no creo que lo hayas notado, digo, no lo sé la verdad. Esto...—suspiró un par de veces, tratando de calmarse a sí misma porque la verdad sus manos tiritaban en demasía y sabía que ese tenía que ser el momento, no había otra oportunidad más que esa— desde que te vi siempre te encontré muy, muy lindo. Éramos niños y Jimin siempre jugaba contigo en casa, nunca me acerqué a hablarte mucho porque temía arruinarlo de alguna forma y que no quisieras hablarme más —soltó una risa—, pero pasaron los años y acumulé mucho. Eres alguien generoso y con mucha bondad, eres lindo y me gustas hace...años. Yo pensé que quizás tenía alguna oportunidad o quizás, no lo sé, la posibilidad de conocernos más.

Oh, no. No.

Él sabía que algo así podía pasar, muchas veces Jimin le recalcó que su hermana tenía un pequeño enamoramiento hacia él. No lo tomó en cuenta demasiado porque...¿él? Yuna era como su hermana mayor, había crecido junto a ella en el campo acompañados de Jimin y mirarla de otra forma nunca estuvo en sus planes. Si se ponía a pensar en su vida actual, definitivamente aquello no era siquiera una opción.

Su corazón comenzó a doler y se sintió sumamente nervioso porque no sabía qué decir ante ella. La mirada expectante con un brillo de incertidumbre en los ojos de la chica lo presionaban a sacar palabras de su boca.