Granger → taekook (TERMINADA)

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Día de pesca, Enero de 1983 

Kim Taehyung nunca se había considerado malo en algo, siempre era capaz de realizar las cosas de manera pulcra, ordenada, perfecta y ordenadamente. Cualquier tarea, aunque fuese un reto, para él era pan comido.

Sin embargo, luego de conocer a Jeon Jungkook y a su familia, las cosas habían cambiado un poco.

—Hijo, debes dejar la caña un poco más tirante de ese lado —la abuela Jeon le decía, intentando ayudarlo con ello. Taehyung le miró concentrado asintiendo, mordiendo sus labios.

A penas ella tomó la caña de pescar, algo se removió indicando que había cazado. Diablos, era vergonzosamente malo en ello. Aquellas cañas de pescar habían sido regalo de navidad por parte de Jungkook. Un día cualquiera había mencionado que sería divertido pescar y...pum. Navidad llegó y en su árbol (el cual había sido decorado por ambos en casa de Kim) Jungkook le tenía aquella sorpresa con mucha emoción. Así que sí, estaba estrenando juguete nuevo de una forma peculiar.

—Abuela, deje que el joven aprenda solo. Con el tiempo va a captar la técnica —Jeon padre habló del otro extremo del lago, también con una caña de pescar. El hombre ya llevaba un tarro lleno y Taehyung...bueno...existía.

Dando pena, pero existía. 

—El invierno no es buena época para venir de pesca. Por el frío que hace todos los peces se escondan, no se abrume tanto doctor, es cosa de costumbre —en tanto la madre Jeon le daba ánimos con una media sonrisa mientras cosía a hilo unas ropas de Jungkook sentada en una silla de mimbre. 

—Pero hoy está templado, no hace frío —Jungkook dijo, inocente, sentado al lado de su madre con Otis en sus brazos demasiado concentrado. 

¿Acaso le estaba tejiendo ropa a su gallina?

—Jungkook-ah —reclamó su padre— no seas así.

Jungkook tragó una risa mirando de forma divertida a Taehyung, el cual se veía demasiado estresado por no tener nada en su balde mientras la abuela iba por su segundo.

—Lo siento señor Kim. Podrá hacerlo, solo intente un poco más —le animó dando pequeños pasos para buscar a Otis, el cual se le quería escapar de las manos mientras Jungkook le hacía la prueba de vestuario.

Ah, ese niño. 

Había aceptado ir de pesca con los Jeon aquel domingo por la mañana por una invitación cordial de todos. Aceptó porque de cierta forma, la familia le agradaba. A pesar de todo, eran buenas personas, acogedoras y amables. No contaba con que iban a patearle el trasero en la pesca, pero en su sano juicio ¿quién pescaba en invierno? Si bien le habían dicho que había un día en específico donde estaba templado y los peces salían a flote debido al cambio de temperatura, no les creyó.

Pero ahí estaban, baldes llenos de peces. 

Debía siempre hacerle caso a los más sabios con experiencia.

—Tu ropita está lista —canturreó Jungkook, con mucho orgullo y sus mejillas a tope viendo a Otis vestir un pequeño chaleco tejido de color café tierra, así no se le ensuciaba tanto según la lógica. Este quería escaparse de las manos de Jungkook, pero le calmó con caricias—. No pasarás ningún frío este invierno. Soy el mejor padre, te hago ropa y aún así te me escapas con la vecina.