Capitulo 8

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Nicolle bajo a Nico de sus piernas y salió de la habitación. Al bajar las escaleras, se encontró con Dylan de un lado para otro buscando algo, tal vez...
-¿Buscas algo?- pregunto ella
- Si.- dijo, ahora buscando bajo un sillón-¿Haz visto mi pelota de béisbol?- pregunto sin voltearse a verla.
Ella cerró y abrió los ojos lentamente mientras maldijo por lo bajo. Nico.
-¿Te refieres q una pelota blanca lo suficientemente atractiva para un cachorro?- dijo ingenua y soltó una sonrisita nerviosa
Dylan se detuvo en seco y lentamente, se giró. Apretó los puños y a paso pesado camino hacia ella. Nicolle tuvo el instinto de salir corriendo, pero no lo hizo. Alzo la barbilla y lo vio a los ojos temerosa, mientras Dylan la miraba serio, sin ninguna pizca de gracia.
- exactamente de esa pelota es la que estoy hablando.¿Y bien?¿Dónde está?
- eh... Yo pues...-trago saliva.- la encontré y se la pase a Nico para que jugará... Pero juro no volver a hacerlo.- dijo rápido cuando vio a Dylan apretar la mandíbula, obviamente, enfadado.
- no toques mis cosas, si quieres que tu perro juegue con algo, dime y te lo cómprare.- le dijo con suavidad y a la misma vez firme.
Ella solo asintió. Observo detrás del hombro de Dylan a Nico bajar las escaleras con su típico trote mientras sostenía la pelota de béisbol de Dylan en la boca. Paso por al lado de el, y se detuvo delante de Nicolle dónde se sentó y soltó la pelota, dándole a entender que quería jugar.
- mi pelota de béisbol...- musitó Dylan y se agachó para recogerla. La pelota estaba mordisqueada, maltratada y húmeda por la saliva de Nico.
- lo siento...- murmuró ella.- Nico también lo siente,¿Verdad Nico?- miro a su perrito el cual no le importaba en lo más mínimo.
- Da igual, tómala si quieres, ya no me sirve.- le entrego la pelota con un gruñido ahogado.
- no volverá a suceder.- le prometió.- oh, y por cierto, gracias por la ropa, me ha encantado.-
Dylan sonrió, la miro de pies a cabeza y al instante se le quitó la rabia. La ropa le quedaba de lujo, más de lo que pudo haberla imaginado en su mente cuando la compro.
-¿Y el conjunto?¿Te gustó?
Ella se sonrojo
- uhmm... Está bonito.-dijo esquivando su mirada.-¿Me dejas salir al jardín a jugar un rato con Nico?- pregunto cambiando bruscamente de tema.
Dylan asintió, y sin quitarle los ojos de encima, vio a Nicolle girarse y caminar junto a Nico hacia el jardín. El centro sus ojos en su trasero. Madre mía... Pero que buena estaba. El sensual contoneo que hacía con sus caderas al caminar, podría ser el movimiento más erótico que había visto jamás. Y aquel pantalón le quedaba de maravilla.
Solo cuando Nicolle salió hacia el jardín, Dylan se movió y recordó, demasiado tarde, que debió haberse comprado unos pantalones anchos. Camino y subió las escaleras para encerrarse en su cuarto. Encendió la televisión para tratar de distraerse un poco, pero sus pensamientos solo estaban centrados en la atractiva mujer que se encontraba en su jardín, en dónde se encontraba Nicolle jugando con Nico. Ella lanzaba la pelota de béisbol a lo lejos, mientras que su perrito corría en busca de ella para luego volver y entregársela. Nicolle la tiró nuevamente, y al hacerlo su camisa se levantó, mostrando así una linda vista de su vientre plano. Dios, aquella mujer era sexy en todos los sentidos. Dylan se relamio los labios cuando Nicolle corrió en busca de la pelota ya que Nico, accidentalmente, no la logro encontrar. Y le agradeció, al ver el movimiento que hacían sus pechos al subir y bajar mientras corría.
Le dolía los labios por el deseo de besarla y las manos por las ganas de acariciar su cuerpo, como en tantas noches había fantaseado. Pero tenía que esperar si quería que todo saliera como el quería... Y así de una vez por todas, lograr reclamarla como suya en cuerpo, corazón y alma.
Aunque le resultaba difícil el poder esperar teniendo a tan estupenda mujer metida en su casa.

Acosada por un mafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora