Capítulo 05

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Las bromas pudieron haber parado, pero fue algo que ninguno de los dos quería. Y a JiMin no le importaba en absoluto que Hoseok estuviera ahí viéndolos con una sonrisa apenada en el rostro. 

—Sólo imagina que estás tratando de aventar dardos — dijo mientras movía sus manos simulando las lanzadas —. Pero en vez de eso, lo único que obtienes es un espagueti remojado. 

Hoseok rió bajito, tratando de no romper en carcajadas por las explicaciones de JiMin.  El alfa llegó a su límite en esos momentos y observó con una mirada de advertencia a su "ex esposo." 

—Sólo que, a mi espagueti no le gustaba las albóndigas que le servían, eran algo ásperas. — dijo mirando a JiMin, quien desde luego había quitado la sonrisa en su rostro al escuchar al pálido decir eso. 

—Ah, que raro, muchos alfas han dicho que les he servido las mejores albóndigas. — contestó en forma desafiante el pequeño omega. 

—Pues debieron ser muchos vagabundos, ya sabes, ellos se comen lo que sea — contestó, sintiéndose ganador de aquélla batalla.  Pero era algo que ninguno de los dos iba a dejar pasar —. Lo gracioso es que todavía recuerdes a todos los hombres con los que tuviste algo, con tantas pastillas en tu sistema. 

JiMin entrecerró sus ojos lanzando una mirada de amenaza al alfa, el cual sin pena alguna comenzó a decir imprudencias, haciéndolo ver como un adicto a las pastillas. 

JiMin llegó a su límite. 

—Bueno, tenía que hacer algo para distraerme, mientras esté se sentaba en el baño por horas, lidiando con su síndrome de intestino irritable. 

—¿Ahora tengo otro desorden? Genial. 

El de cabello rosa ignoró su pregunta, se volvió hacia Hoseok el cual aún seguía sin decir nada y trataba de aguantar la risa. 

—¿Te digo una cosa? Tuve que pasar la noche de nuestra boda, en la cama, mientras escuchaba una sinfonía submarina de cornos franceses y trompetas — Hoseok frunció las cejas al escuchar aquello —. Las cuales venían del baño de la habitación,  mezcla eso con el aroma de un gato callejero con unas pajitas y ugh, te mueres. 

YoonGi también llegó a su límite. 

Sin pensarlo dos veces, lanzó una patada por debajo de la mesa, tratando de parar lo que JiMin estaba diciendo. Sin embargo, la patada se estrelló contra la pierna de Hoseok por error. 

—¡Ah! YoonGi ¿por qué hiciste eso?— gruñó el omega pelirrojo, haciendo un leve puchero. 

—¿Qué? No, no, fue él — dijo, apuntando hacia el pelirrosa —. Es uno de sus hábitos por ingerir tantas pastillas. 

JiMin abrió la boca dispuesto a protestar, pero la mirada que el pálido le dio le hizo retractarse, y sólo volteó a mirar a Hoseok fingiendo pena..

—Sí, lo siento, es algo que hago a veces, es un efecto secundario de las pastillas — dijo, lanzando ahora una patada, la cual dio cerca de la entrepierna de YoonGi. 

—¡Ay! Jalisco. — el alfa no pudo evitar lanzar un grito al sentir aquel golpe. 

—Lo siento mucho, Hoseok. — se volvió a disculpar el omega. 

—No te preocupes, de verdad. — el omega le sonrió amablemente. 

JiMin dejó de sonreír al sentir aque todo se estaba saliendo de control, se supone que sería una cita normal, pero todo terminó tomando un rumbo extraño. Lo único que hicieron YoonGi y él fue pelear y crearse anécdotas tontas. 

Cuando el fin de la cena llegó, los tres salieron de aquel lugar, por supuesto, JiMin aprovechó el dinero que el mayor le había dado y no sólo se había teñido el cabello, sino también había rentado una limusina. 

—Henderson, sube al auto — dijo, chasqueando los dedos. 

El hombre mayor, el cual era un alfa, se acercó y le susurró. —¿Por qué me llama Henderson? 

—Sígueme la corriente. —murmuró.

No sabía su nombre y nunca se detuvo a preguntárselo, así que decidió tomar el primer nombre que se vino a la cabeza. El chofer, algo confundido, dio la vuelta para comenzar a encender la limusina. 

—Hoseok — habló sonriente —. Fue todo un gusto conocerte, y espero no haberte asustado con las pequeñas anécdotas, la verdad es que me divertí y no cabe duda que eres el omega indicado para este alfa. Son como, Ken y el abuelo de Max Steel. 

El pelirrojo sonrió algo apenado, aquel omega era demasiado amable y lindo, sobre todo divertido, para nada comparado con lo que YoonGi le había dicho. 

—Muchas gracias, me divertí mucho. 

—Si bueno, ya tienes que irte, adiós — se apresuró a decir el mayor, echando con un pequeño empujón al omega. 

Sin embargo, el celular de JiMin comenzó a sonar fuertemente, logrando llamar la atención de aquellos dos. No tenía pensado contestar, pero en cuanto vio de quién se trataba, atendió la llamada rápidamente. 

—¿Hola? ¿Minseok? 

YoonGi lo miró, intentando llamar su atención disimuladamente, aclarando su garganta sonoramente para que lo escuchara. 

—Muy bien, pásame a la niñera. ¿Es broma, cielo? Ya sabes lo que opino de que vemdas cosas de tu hermano por internet, no, no, Minseok, cuando llegue a casa voy a hablar muy seriamente contigo señorito. 

El mayor suspiró, sintiendo en segundos la fuerte mirada de Hoseok sobre ellos. Si todo el plan estaba saliendo de maravilla, definitivamente se había complicado mucho más. 

—¿T-tienen hijos?— preguntó el omega. 

JiMin cayó en cuenta cuando colgó, miró rápidamente a los dos chicos frente a él, y sonrió con credulidad. 

—Ya tengo que irme, adiós. 

Y huyó, dejando a un Min YoonGi con un gran problema.

¡No es mi Alfa! 🐺 | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora