𝖆𝖞𝖒𝖊𝖗𝖎𝖈 𝕷𝖆𝖕𝖔𝖗𝖙𝖊 |12|

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No todas las historias de amor tienen un buen comienzo, y un ejemplo de eso era la vuestra.

[...]

Después de tres años viviendo en Alemania por fin podías ir a Manchester a visitar a tu querido hermano, que no era ni más ni menos que Rodrigo, sois mellizos y siempre habías sido muy unidos hasta que te tuviste que ir a estudiar fuera, no habiais perdido el contacto, y os llamabas todos los días, pero no era lo mismo.

Estabas caminando por el estadio, ya que habías decidido darle una sorpresa a tu hermano, cuando sentiste un cuerpo chocar contra el tuyo.
Cuando levantaste la vista, te encontraste con la persona que menos querías ver en ese momento: Aymeric Laporte.
Ni siquiera tu sabías cuando había iniciado vuestra enemistad, pero lo que si sabias es que no os soportabais.

-Mira por donde caminas- le dijiste enfadada-

-pero si la que se ha chocado conmigo has sido tú, niñata- dice con su típico tono arrogante que odiabas, y amabas al mismo tiempo-

-Mira, he venido a darle una sorpresa a mi hermano, asique déjame en paz-

-¿Ya has terminado tus estudios? Una pena, estábamos mejor sin ti-

-Pero que coño te pasa conmigo, déjame en paz-

-¿ y si no quiero qué?- preguntó acorralandote en la pared, con sus brazos a ambos lados de tu cabeza-

En un arrebato uniste sus labios con los tuyos, ni siquiera tu sabías por qué lo hiciste. Al principio pensabas que se iba a separar de ti y se iba a reír, pero para tu sorpresa, después de unos segundo acabo correspondiendole el beso, y notaste como sonreía.

-¿¡Qué cojones!?- la voz de tu hermano hizo que ambos os separarais rápidamente-

Ninguno de los dos sabía que decir, mientras tú hermano os miraba espectante a ambos.

-primero ¿Desde cuándo estás aquí? Y segundo ¿ Por qué os estabais besando si se supone que os lleváis mal?-

- yo, había venido a darte una sorpresa porque ya he terminado las clases, y me he chocado con él-

-vale, pero eso no contesta a mi segunda pregunta-

-Rodri, ¿Puedo hablar con tu hermana a solas un segundo?- pregunto Ayme-

Pero esta vez no estaba utilizando su tono de voz habitual, era algo tímido.

-te doy cinco minutos-

Sin pensárselo dos veces, Ayme te arrastro a una sala vacía, y cerró la puerta con seguro.

-Te quiero- soltó de golpe-

-¿Cómo?- preguntaste tu en estado de shock por lo que te acababa de decir, de todas las cosas está era la que menos te esperabas que te dijera-

-Qué te quiero, me gustas, joder, se que suena raro, pero me gustas desde la primera vez que te vi-

-pero... Si siempre te metes conmigo, y te ríes de mí-

-yo... Lo siento ¿Vale? Solo estaba tratando de llamar tu atención para que te fijaras en mi, aunque no fuera la mejor man- volviste a unir vuestros labios sin dejarle terminar la frase-

-No hacia falta que intentaras llamarme la atención, ya la tenías toda desde el primer momento en el que te vi- dijiste una vez os habiais separado del beso-

-entonces, ¿Quieres intentar algo conmigo?-

-claro que quiero, bobo-

Salisteis de la sala agarrados de la mano y con una sonrisa en vuestras caras.

-¿Por fin os habeis confesado vuestros sentimientos?- preguntó tu hermano cuando os vio llegar-

-¿Como sabes eso?- preguntaste confundido-

-Siempre supe que teníais sentimientos hacia el otro, pero los dos sois igual de ciegos como para daros cuenta-

[...]

Ese fue el inicio de vuestra historia, y menuda historia.
A día de hoy ya son ocho años, ocho años de baches, peleas y roces, pero sobre todo ocho años de amor incondicional.

Bendito sea el día que decidiste ir a darle una sorpresa a tu hermano, porque ese día te diste cuánta que el amor de tu vida siempre había estado delante de ti.

𝒐𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕𝒔 𝒇𝒖𝒕𝒃𝒐𝒍𝒊𝒔𝒕𝒂𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora