1. Un día con la familia Seo.

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Changbin despertó a las 5:30, como cada día, listo para comenzar con la rutina diaria

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Changbin despertó a las 5:30, como cada día, listo para comenzar con la rutina diaria. Se levantaba a esa hora para preparar el desayuno para sus cinco "bebés" y despertar a Yongbok, para que este se vistiera y duchara, él requería más tiempo.

Se puso de pie con pesadez vistiéndose de prisa, era invierno y el frío helaba sus huesos. Se dirigió a la habitación de su hijo mayor y pellizcó sus mejillas para despertarlo.

-Arriba, princesa, hora de levantarse.

-Omma, mis mejillas, eso duele -gruñó con voz ronca, levantándose y frotando sus ojos, pero negándose a abrirlos, por lo que Changbin tuvo que guiarlo al baño y mojarle la cara-. ¡Ya, ya desperté! Ush -el mayor soltó una carcajada y salió de allí yendo hacia la cocina.

Media hora después el desayuno estaba listo, Yongbok despertó a sus cuatro hermanos y venía con ellos detrás, como en una fila de pequeños patitos, mientras mamá pato esperaba por ellos. El menor de todos, Jeongin, venía en la espalda de Soobin, ya que solía complicarle a todos la tarea de despertarlo.

-Buenos días, mis amores, desayunen, los espera un largo día. Innie, hay cocoa con tu cereal -y aquello bastó para que el pequeño cachetón abriera sus ojos y desayunara. Mientras todos comían, Changbin revisaba su lista-. Hoy es lunes, Yongbok, ¿Estudiaste para tu examen?

-Sí, omma, anoche estuve estudiando hasta tarde.

-Excelente. Soobin, ¿tu libro de química?

-En mi mochila, omma, acabo de guardarlo.

-Muy bien. Minho, hoy tienes que presentar tu poema, ¿lo terminaste?

-Me falta una palabra que rime, buscaré antes de presentarlo o le diré a la profesora.

-Perfecto. Beomgyu, tu uniforme de karate está en la secadora.

-Nop, ya lo guardé en mi bolso, Soobin hyung me traerá a buscarlo y me llevará a mi clase.

-Perfecto, e Innie, bebé, ¿leíste la fábula?

-Sipi, la tortuga gana, la enseñanza es que nunca hay que subesmar a las personas.

-Subestimar, Innie -corrigió Yongbok amablemente.

-¡Eso era! Gracias, hyung.

-De nada, cariño.

Seo Changbin era asistente del dueño de una cadena hotelera, Christopher Bang Chan. Y traía el dinero suficiente como para mantener a sus cinco bebés y cumplir sus caprichos también. Era por eso que nunca se quejaba de nada, porque nada le faltaba.

Seo Yongbok retrataba el ejemplo que Changbin le había dado, a resaltar por sus encantos pero nunca descuidar su inteligencia. Yongbok, o Felix, era el balance perfecto entre sabiduría y belleza. Y por eso era muy querido en el colegio, porque además tenía un gran corazón. ¿Cómo no tenerlo teniendo una madre tan dulce y amable como Changbin y tres hermanitos adoptados, además de un hermano, Soobin, muy sobreprotector con sus seres queridos?

Perfección vs. Desastre. [adaptación BinChan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora