Después de cometer uno de los más grandes errores de mi vida, decidí escribirle mensajes de FB o "inbox" a Jazel, pidiéndole disculpas porque no tenía las hagallas para hacerlo en persona. Pero, todos esos mensajes fueron, prácticamente nulos, pues no logré conseguir su perdón.
Fue hasta segundo de secundaria, que entraron nuevos compañeros a mi grupo, entre ellos, entro una jovencita llamada Grecia Gamboa, quien en poco tiempo logró ganarse mi confianza y después de un tiempo llegó a gustarme, pero mi actitud hacia ella no fue la correcta y entonces, cometí otro grave error.
Unos meses después de eso, decidí contarle a Grecia sobre lo que sucedió con Jazel y lo que sentía al respecto. Cabe mencionar que ella tenía una buena amistad con Jazel, entonces, decidió comentarle lo que le conté.
Fue así que logré conseguir el perdón de Jazel.
Unos meses después, a inicios de tercero de seuncaria, me encontraba afuera de mi salón con mis dos mejores amigos, Lalo y Memo, platicando, echando relajo. Entonces, vieron que Jazel iba a pasar tras de mi, entonces, Memo me empujó contra ella, de suerte no la lastimé, y mientras Lalo y Memo se reían, yo le pedía disculpas a Jazel. Y comenzamos a platicar, decidí que era el momento de pedirle disculpas en persona y así lo hice, entonces, ella me miró directo a los ojos y yo a ella, al ver sus hermosos ojos recuerdo haberme perdido en ellos, fue una sensación maravillosa, no exiten palabras para explicar lo que sentí, no logro explicarme cómo salían las palabras de mi boca mientras yo estaba perdido en ella.
Cuando terminé de pedirle disculpas, Jazel sonrió y me dijo:
-Ya no te preocupes por eso.
En ese momento, me perdí aún más en su sonrisa. Era la sonrisa más hermosa aue había visto. No le contesté nada, solo me quedé ahí, admirandola.
-Hablamos luego
Me dijo.
-Tengo clase de historia.Le dije:
-Está bien.
Y mientras más se alejaba, más rápido volvía al mundo real. Fue uno de los momentos de impacto más hermosos que he vivido. Aún no sé cómo agradecerle a Memo por haberme empujado a ella.
Después de eso, nunca volvimos a hablar, solo un par de navidades que le di mis buenos deseos.
Han pasado tres años, casi cuatro, desde que la vi por primera vez y sigo sin poder sacarla de mi.
Sin haber sido más que conocidos, ella se llevó consigo, gran parte de mi.
Lo único que yo logré robarme de ella, fueron algunas sonrisas, algunas miradas, algunas palabras de su boca, y eso, esas pequeñas e insignificantes cosas, son suficiente para mi.
Fin del Tercer Capítulo.