02. Chicos, no imiten esto en casa.

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-Anne, ¿Estás bien?

La castaña reaccionó ante los llamados de la pelirroja a su lado. Volteó hacia Ivy, quien lucía genuinamente preocupada por su amiga.

Anne no lucía bien, había pasado solamente una noche, una maldita noche, desde que la castaña se había enterado de que su amor era unilateral, pero había sido la peor noche que había tenido en toda su puta vida, y eso que habia tenido noches malas en sus diecisiete años.

Debajo de sus ojos miel, habían dos bolsas oscuras que demostraban lo poco que había dormido, que habían sido al rededor de una o dos horas, pues se había mantenido vomitando la mayoría de la noche.

Y algo que empeoraba la situación era que aún no había hablado con sus padres, y no planeaba hacerlo hasta que su situación empeorara (técnicamente, hasta que estuviera apunto de morir) o mejorara.

Y para su desgracia, habían más probabilidades de que ella muriera a que sus sentimientos fueran correspondidos por Sasha.

Ninguno de sus amigos o familiares sabían algo aún sobre su enfermedad, y seguramente Anne usaría el mismo método que estaba usando con sus padres, así que solamente le quedó sonreír hacia Ivy y asentir.

-Por su puesto que estoy bien ,Ivy, solamente no dormí mucho porque estuve jugando toda la noche — mintió.

-Entonces, mínimo deberías comer algo — Ivy no estaba completamente convencida de la respuesta de su amiga, pero por lo menos haría que comiera algo — no has tocado tu comida en todo este rato.

Anne volteó hacia la bandeja frente a ella, completamente intacta, el sólo ver la comida ya le causaba un revoltijo en el estómago, por lo que tomó la tapadera y guardó su comida en su mochila.

-¡Anne! — Ivy la reprendió al instante.

-¿Qué? — respondió — no tengo hambre, ¿Sí?, Desayuné en la mañana.

-Ojalá sea una mentira, Anne, porque te juro que te voy a...

-¿Matar?, No te preocupes por eso, que hierba mala nunca muere — se levantó de la banca y tomó su mochila — ¡Llegaré tarde si no me levanto justo ahora, así que, nos vemos, Ivy!

-¡Entramos al mismo tiempo y aún faltan veintinueve minutos de receso, Anne Boonchuy, vuelve aquí ahora mismo!

Anne corrió fuera de la cafetería ignorando los llamados de su amiga pelirroja, caminó hasta su casillero y subió la cremallera de su suéter junto al gorro que su madre le había obligado a usar en la mañana, pues le había dicho que parecía muerta y seguramente había pescado un resfriado en la noche.

Ella no puso objeción alguna con tal de que su madre no se desviara de la idea de que solamente tenía un resfriado. Abrió la puerta de su casillero y metió varias de sus cosas a este. Una de las fotografías que tenía guardada dentro cayó al suelo y supo al instante de que se trataba.

Dejó de respirar mientras se agachaba lentamente para recoger la fotografía de ella junto a sus dos mejores amigas en la graduación de tercero de secundaria, lo último que quería ver era a alguna de ellas dos.

Seguramente vomitaría florecitas con sangre frente a ellas.

Soltó una risa ronca y recogió la foto rápidamente intentando no verla, la metió al casillero y cerró la puerta al instante, sin ver hacia atrás salió casi corriendo de allí.

-¡Anne!

Escuchó una voz detrás de ella y se preguntó cómo mierda le hacía para tener tanta mala suerte en el transcurso de las últimas casi quince horas.

Pétalos con espinas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora