La semana iba hacer una mierda para Diego, lunes llego y estaba sin ganas de siquiera abrir los ojos.
Con mucho pesar estiró su brazo para alcanzar su celular que estaba a pocos centímetros de él. Sin querer ver su fondo de pantalla que era una foto de Kevin, apago rápido su alarma y lo aventó.
Si antes estirar su brazo le costó, pararse y enlistar sus cosas le estaba haciendo hacer un verdadero esfuerzo sobrehumano. La idea de bajar hacer su desayuno lo estresaba.
Estaba haciendo todo lo posible por no dejar que él se apoderara de su mente. Habían peleado hace dos días ya casi y contrario a lo que creyó, su novio no se había contactado con él. Ni un mensaje deseándole buenas noches como siempre hacia, ni tampoco una llamada por las tardes preguntando simplemente como iba su día.
Hizo una mueca mientras sentía que hacía su comida sin prestar mucha atención a lo que hacía, su cuerpo parecía moverse por si sólo y Diego deseó que fuera así el resto del día.
Porque realmente no se sentía bien para hacer aunque sea algo mínimo.Dejó salir un largo suspiró que estaba reteniendo al terminar de hacer su desayuno, apenas comenzaba el día y él ya quería volver a su cama.
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Al llegar al entrenamiento rápidamente se incorporó, creyó que las tonterías de Edson lo harían sentir mejor, pero no había ningún cambio.
Su comportamiento no pasó desapercibido por su amigo más cercano, quien ya se hacía una idea del porque estaba así Lainez.
—Déjame adivinar, ¿otra vez te peleaste con ese wey?. — Edson aprovecho uno de sus descansos para preguntar directamente en vez de suponer cosas.
Diego junto sus cejas en señal de fastidio al escuchar lo que dijo su amigo, lo estaba llevando bien no pensando mucho en Kevin como para que venga y le haga recordar su situación de golpe.
—Si, pero no me lo recuerdes, wey.—
Dijo cansado mientras agarraba su botella de agua y la tomaba, la gua fría lo relajo extrañamente. —Lo solucionaremos cuando lo vea. — Diego pedía internamente que así fuera, porque esa situación lo estaba llenando de amargura.—¿Lo solucionaremos?. ¿O Kevin lo solucionará como siempre por ambos?. — Edson no pudo evitar sonar un poco burlesco al decirlo, él era uno de los pocos en saber como era realmente la relación de ellos, y si se lo preguntaban aveces deseaba golpear a su amigo por todo lo que le hacía a Kevin.
—Ya vas a empezar. — Diego chasqueo su lengua en señal de molestia, era especialmente necio cuando amigos cercanos o familiares opinaban sobre su relación, le molestaba y sólo podía aguantar hasta que acabarán con una mueca tensa. El que Edson le dijera las cosas directamente cada que podía después de enterarse de un problema que había en su relación, lo irritaba. Después de todo a nadie le gusta que le digan sus verdades.
—Pues si, sabes que tengo razón. ¿Cuándo haz sido tú el primero en ir a buscarlo?. — Dijo Edson secándose el sudor del cuello con una pequeña toalla, viendo a su amigo fijamente. —Te lo diré siempre, Diego. Kevin es un buen chico y si sigues siendo así lo vas a perder. — Sin dejarle que le respondiera, regresó al entrenamiento.
Lainez se quedó en su sitio, mirando al suelo después de que su amigo lo dejara con las palabras en la boca. No tenía sentido meterse en una pelea que sabía no iba a ganar.
Él más que nadie sabía lo que valía Kevin y el sentimiento de no creer merecerlo a él y a su verdadero amor que le daba lo hacían querer llorar. Algunas pocas veces incluso ni siquiera se sentía digno de estar al lado de él. Diego no era persona con baja autoestima, no tenía ningún problema con su físico, pero como persona sentía que no valía la pena.
Cuando Kevin peleaba por él y por su noviazgo lo hacían sentir raro, después de unos meses de relación supo que ese sentimiento de extrañes era más bien el sentimiento de sentirse amado y aceptado.
Diego desde un principio supo que definitivamente Kevin no merecía una persona orgullosa y poco romántica como él. Kevin era detallista, leal e incluso amoroso sin llegar a ser pesado. Y que mostrará algunos aspectos solamente a él y que tal vez ni su familia conocía, lo enamoraban más.
Por tal vez décima vez que llevaba del día suspiró desanimado, apretando la botella que tenía en sus manos viendo con atención sus dedos volverse blancos. Mientras los observaba pensó en esperar un día más, tal vez él vendría a verlo para por fin hablar.
O él iría, por primera vez sería él el primero en buscarlo después de una pelea, pero el miedo de que Kevin mostrará el más pequeño signo de desagrado o molestia al verlo lo hacían dudarlo. ¿Cómo Kevin podía ser tan valiente? Otra vez estaba ahí el sentimiento de no ser lo suficientemente bueno para su novio.
Aventó la botella al piso, arrepintiendose al ver como el agua salía y mojaba algunas cosas que dejó ahí Edson.
Diego se dirigió al entrenamiento distraído. No sabía que hacer.
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Kevin estaba igual o peor que Diego. Sus compañeros y amigos le daban su espacio y no preguntaban más de lo necesario. Gesto que agradeció mucho, porque realmente estaba tratando de que su estado de humor no afectará el entrenamiento ni a la gente de su alrededor.
Por fin hizo caso a lo que le decían, no fue a buscar a su novio ni se contacto con él después de una discusión. Y no supo como es que aguantó el fin de semana sin saber nada de él.
El domingo por la tarde estuvo a nada de ir a buscarlo, la ansiedad que le provocaba estar peleados era enorme y no la soportaba. Solo quería besar a su novio otra vez o dormirse mientras se abrazaban toda la noche. Esas noches eran las mejores para ambos.
Permitiendose descansar todo su cuerpo en una pared luego el entrenamiento del día; volteo al cielo. El cielo era inmenso y eso aveces lo espantaba. Estaba sin ninguna nube que impidiera ver ese hermoso color naranja. Sonrió disfrutando lo que la vista le provocaba, después de tantas horas se sentía en paz sin esa molesta bola de pensamientos intrusivos que tuvo todo el fin de semana.
Pero, inevitablemente como siempre le pasaba, la imagen de su novio regresaba. Su sonrisa solo se hizo más grande cuando llegó un recuerdo de ellos viendo el atardecer en un parque cerca de su casa, en donde mientras bromeaban tomados de las manos, Diego volteo riéndose justo teniendo el sol detrás de él, haciendo lucir su cabello largo castaño junto con sus ojos cafes claros ligeramente cerrados observándolo a él con alegría, dedicándole esa sonrisa que le provocaban cosquilleos en todas partes de su cuerpo. Kevin juraría que Diego era lo más hermoso que había visto en toda su vida.
Recuerda con exactitud todo lo que pasó después, sin poder controlarse unió sus manos y lo acercó a un beso necesitado, abrazándolo inmediatamente cuando se separaron, sintiéndose tan bendecido por tenerlo a su lado.
Soltó un suspiró mientras sonreía de forma tonta, no podía evitar sentirse tan enamorado de él. No importa las peleas que tenían, ninguna permitiría que los separé. Kevin siempre buscaría la forma de mantenerlos juntos.
Cuando ya tenía pensado en ir por sus cosas para buscarlo algo lo hizo detenerse. Diego venía a lo lejos buscándolo, cuando lo encontró y sus miradas se unieron ambos se quedaron en su sitio por diferentes razones.
Diego por la ansiedad de ver como reaccionaria y Kevin por la felicidad que sentía al verlo.
Por primera vez en lo que llevaban de relación, Diego había ido a buscarlo después de una discusión.
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No saben cuantas ideas tengo para esta historia, mientra escribo vienen y vienen.
Tengo una idea ya clara de el sentir de ambos, pero de igual forma me esfuerzo por hacérselos llegar a ustedes, después de todo su relación es difícil.
Como sea, gracias a quienes leen esto, no planeaba terminarla pero ya que estoy inspirada, veré hasta donde alargarla igual no creo sobrepase los 7 caps. 😽